Mi palabra

Escribientes repetitivos, ahí está el bajón de lectores en Aporrea

"Hay injurias que debemos agradecer"

Quevedo

En cierta ocasión le escuché a un señor, en la placita de un pueblito llanero, una expresión que, con el correr del tiempo, y precisamente en estos momentos, viene, como anillo al dedo: "Crea fama; pendejos sobran para que te crean". Parece que el autoproclamado antes de ingresar a la escuela de entrenamiento del imperialismo, se grabó las palabras de este jodedor para aceptar cualquier apoyo; porque aparte de la indecisión del gobierno para ponerle el guante, el facineroso se jacta de llamar al presidente dictador, y al gobierno una dictadura, a pesar de su libertad para actuar, el cual dista mucho de lo que no se cansa de pregonar: la dictadura del gobierno de Maduro.

De las tantas injurias inventadas contra el presidente Nicolás Maduro, la más falsa, es precisamente la de dictador, ni siquiera comparable al rostro del autoproclamado; pero el imperialismo sabe perfectamente lo difícil, que se le está haciendo fabricar personajes al estilo de las películas de Hollywood; no es fácil engañar a los pueblos durante tanto tiempo, y no les queda otra, sino seguir inventando en su laboratorio de mentiras, porque ¡Algo queda! como si hubieran copiado está expresión del destacado periodista y humorista Kotepa Delgado –para hacer el mal– quien marcó una época en un diario capitalino, y toda su vida se mantuvo con la mirada y su corazón hacia la izquierda, estimulando con esa expresión a los principiantes en la escritura, para bien de la humanidad.

La guerra contra Nicolás Maduro, la acelera de manera planificada el imperialismo, a través de cuanto gobierno se instala en la Casa Blanca, pasando por la UE, para luego trasladarse a gobiernos vecinos, hasta caer lamentablemente en una verdadera jauría sin límites en nuestro país, y todo el que coincide, con los aberrantes gobiernos estadounidenses al final termina contribuyendo en hacerle el trabajo al gran capital. Después del triunfo de la revolución cubana por la vía de las armas, vinieron los despiadados ataques, dirigidos desde Washington, y me atrevo asegurar, que, si no es por el apoyo de la entonces Unión Soviética, con lo que se llamó la gran crisis de octubre, impidiéndole al imperialismo desbaratar el sueño y la libertad de los cubanos, al lado del comandante Fidel Castro, no se sabe qué hubiera pasado, porque estuvimos a punto de una confrontación nuclear de resultados impredecibles.

Después de algunos ensayos en busca de la plena soberanía de algunos países en nuestra América, entre ellos Nicaragua, se presenta el triunfo –electoral– en Venezuela del proyecto bolivariano, pero el imperialismo no puede ver ningún árbol dándole sombra a los débiles, y de paso no se cansa ni descansa en echar por tierra todas las conquistas logradas, y por eso ha venido desbaratando y quitándole todos los pétalos a la flor; en esa actitud bestial llevan más de 60 años contra el pueblo cubano, el cual habían convertido en un sitio de recreación en medio de la miseria y la opresión, para montar sus orgías los fines de semana; este ejemplo nos permite imaginarnos de lo que son capaces contra cualquier gobierno en Venezuela, que se atreva hablar de socialismo, sabiendo de las inmensas riquezas totalmente útiles a la economía de los Estados Unidos, comenzando por el petróleo.

Todos los medios privados, tantos hablados, como escritos vierten todos los días un caudal desbordante de informaciones aderezadas, con todo el veneno posible para incidir directamente en la conciencia del pueblo, y muchos lectores, cuando hacen uso de la página Aporrea, se encuentran un número de asiduos escribientes, que en nada se diferencia de los medios privados, el cual han contribuido a crearle una conducta a los leyentes, quienes, entre más odio leen, más gozan, como los que se acostumbran a ver películas de terror; nada los satisface, sino el terror, y si es en vivo mejor, como pasó con las guarimbas dirigidas por Leopoldo López, y su lugarteniente para aquel entonces el iluso Guaidó.

De algunos escribientes he leído opiniones aberrantes, como la de un avezado maestro de escuela, quien llegó a la desfachatez de decir, que Maduro se gozaba la pandemia, le falto calificarlo de buitre; otro, casi llegó a responsabilizar al gobierno, y especialmente al presidente Maduro, de la desaparición del valiente combatiente Carlos Lanz. Estos dos ejemplos me permiten sacar una conclusión del bajón tremendo del número de lectores del portal Aporrea, que al final paga los platos rotos. Esta explicación se la hice a un amigo, acostumbrado a revisar la página web, y en contraposición me presentó su opinión ¿Qué me dices de VT, y los otros canales del gobierno? La respuesta al momento, porque la finalidad es a la inversa: defenderse, informar, entretener y desenmascarar a la cantidad de enemigos gratuitos de este proceso, y cuando tratan de esconder la verdad, se consiguen con una tarea imposible, porque todo está en el diario trajinar del país. Con toda razón, Johann Wolfgang Goethe, dejó un pensamiento, como un espejo para que todo el mundo se vea: "Hay quien cree contradecirnos, cuando no hace más que repetir su opinión sin atender a la nuestra"



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Narciso Torrealba


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