- Ver aclaratoria en relación a este artículo: Una pequeña equivocación
En varias ocasiones he leído y hasta escuchado a Nelson Bocaranda Sardi expresarse de manera muy despectiva sobre quienes compartimos el ideal bolivariano. Nos llama "individuos", "boliburgueses" "descamisados" y hasta tiene el cinismo de referirse a nuestro compatriota Mario Silva apodándolo como "el payaso del 8". Con ese estilo de mariquita frustrada, Bocagrande ha pretendido desvirtuar la función informativa de La Hojilla. Ridiculizar la labor inteligentemente hecha de nuestro respetado Mario, quien noche tras noche pone al descubierto las marranerías de los medios conspiradores y sus lacayos. No obstante, no descalifica e insulta quién quiere, sino quien puede. Pero ¿quién es Nelson Bocaranda Sardi?; ¿a qué intereses responde?; ¿cuáles fueron sus orígenes?; ¿por qué detesta a las clases populares?
En el gobierno revolucionario del presidente Chávez, Bocaranda siguiendo los lineamientos de sus patrones (la CIA y la Organización Cisneros), al igual que Napoleón Bravo, Oscar Yanes y otros cipayos más, trató de infiltrarse para conseguir prebendas y manipular el poder. En las primeras de cambio logró que el Banco Industrial de Venezuela le otorgara en extrañas circunstancias (en los tiempos del traidor Fernando Álvarez Paz) un crédito con el que adquirió la mayoría de las acciones de la Revista P&M. Hasta ese momento, el insípido periodistucho cuidaba los detalles y eras incapaz de escribir una sola infamia contra el proceso de cambios. Sin embargo, cuando los directivos del BIV lo llamaron a capítulo para que pagara las cuotas del préstamo otorgado, Bocaranda empezó su carrera desenfadada de infamias. Por supuesto, se sumó a la conspiración de manera inmediata, como BUEN MAYORDOMO DE CISNEROS. Y en su caso particular, además de responder a sus patrones políticos, más que nadie rogaba porque el gobierno cayera pronto. ¿Su principal interés? No pagar los reales que le debía al Industrial.
El origen de los desboques palangristas de Bocaranda se encuentra simplemente en su condición de maula irredento. Lo cierto es que nunca pagó. Para evitar ser demandado por el banco, vendió sus acciones en la mencionada publicación con ese pasivo a cuesta, el cual tuvieron que cancelar los nuevos dueños de la editora respectiva.
El caso de Bocaranda es patético. Es un sujeto (él no es un individuo) venido a menos que se niega a desaparecer de la escena pública, A PESAR DE QUE CISNEROS LE DA ALGUNAS PROPINAS DE VEZ EN CUANDO. Es una figura publicitariamente acabada, porque en vez de ser un periodista PROFESIONAL siempre se destacó por ser un mal vendedor de comerciales. Ya ningún anunciante serio utiliza su toche imagen, MENOS AÚN SU AFLAUTADA y disonante voz para promocionar algún producto. BOCARANDA ES UN FRACASADO CON INFULAS DE INTELECTUAL. Los pocos anunciantes que aún lo patrocinan lo hacen cohesionados por los chantajes que pone en práctica desde ASESORAC (Asesoramiento Empresarial en Comunicaciones Corporativas) empresa que jefatura junto al también fracasado ex periodista adeco Vezga Godoy. Su lema, lo hemos dicho, es muy simple: "VEZGA TE LAVA DEL LODO QUE NELSON TE ECHA", es palangrismo puro y duro. Ya hemos alertado que EN CANTV MANTIENE UN JUGOSO CONTRATO al que hay que pone atención cuando la CANTV PASE A MANOS DE LA REVOLUCIÓN.
Bocaranda se licenció como presunto periodista en la primera promoción de comunicadores sociales que graduó la UCAB en 1965. Siendo aún estudiante se llevó el micrófono a la boca por primera vez en la extinta Radio Aeropuerto, en 1962, oportunidad que le debe a Luis Hernández Solís, un cubano contrarrevolucionario que llegó a Venezuela huyéndole a Fidel y que en muy poco tiempo se hizo acreedor de una emisora de radio. Desde entonces, Bocaranda, no ha dejado de estar al servicio de la mentira y la calumnia.
De origen campesino, del cual reniega, su amor y compromiso con la bandera estadounidense se remontan a los cursillos que realizó en Syracuse University y en New Yorck School of Social Research, allá por 1967. Claro, la jaladera de bolas a los gringos la comenzó acá en La Floresta, donde funcionaba la Embajada del Imperio. Esas cualidades proyanquis y su encanto de pequeño burgués le valieron que Rafael Antonio Caldera, en su primer gobierno, lo nombrara Director de la Oficina de Turismo e información de Venezuela en EE UU. Luego, Carlos Andrés Pérez, también en su primer periodo de desastre presidencial, lo designó Consejero de Prensa en la Misión de Venezuela ante las Naciones Unidas. Dichos cargos los desempeñó entre 1971 y 1977, años en los que fue reclutado por la CIA, credencial que lo apuntaló en la confianza de la Organización Diego Cisneros, donde presta servicios desde hace más de 30 años.
En sus tiempos de funcionario del servicio exterior en Nueva York, Nelsito era famoso por sus pintas de pequeño burgués amanerado, siempre con unos pantaloncitos de cuero fruncidos se tongoneaba por los pasillos del consulado en la gran manzana. Como bien a relatado la compatriota Rosalia del Prado a Bocaranda: "Le duele su extracción social, lo atormenta la precarización y pobreza de parte de su familia, justamente precaria y extrema por la misma falta de solidaridad y del sentido mismo de familia, especialmente de él. Tiene pesadillas con sus familiares de 1º y 2º grado que viven en el hermoso oeste de Caracas, en la querida –para mí- Parroquia Sucre, es que escribe como si fuese un horror que los funcionarios de Gobierno sean de extracción popular".
Ese renegar de su origen le genera un grado extremo de disociación sicótica que lo impulsa a las vilezas más terribles. Igual embiste contra funcionarios del Gobierno que contra sus propios familiares. Pero lo que mejor define a Bocaranda es la falta de escrúpulos, no se sabe cuando los perdió o si alguna vez los tuvo, pero lo cierto es que en esa frustración del fracasado que se siente abandonado por su amo y mentor (Mr Cisneros) ha llegado a romper los limites mínimos del código de los hampones de la pluma, al punto de llegar a utilizar una fundación de su señora esposa como fachada para trasegar el cobro de sus extorsiones periodísticas. una "fundación" que queda en el edificio Ele, ubicado en la avenida Río de Janeiro de Las Mercedes .
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