El golpe a gotas que estamos viviendo nos ha obligado a profundizar en lo que tenemos como fundamento revolucionario. Esta semana vimos por cadena nacional la intervención de los jóvenes estudiantes bolivarianos que no sólo le demostraron a los opositores estudiantes que tienen base, argumentos y discurso claro; sino algo mucho más importante aún, dejaron claro a todos los diputados que oían sorprendidos, que la juventud bolivariana cultivándose en las aulas de Venezuela, tienen mucha más fuerza y determinación en sus venas, que muchos de los que dicen estar con la revolución, y sólo esperan el momento para acaparar pantalla, micrófonos, audiencia; mientras en la oscuridad de sus oficinas tratan con el mismo diablo. Aragua es emblemática en este sentido, mientras el pueblo se organiza desde las comunidades, los gobernantes tejen las maniobras más oscuras y contrarrevolucionarias que se pueda pensar. Aquí se defiende con hechos y acciones al capitalismo más salvaje y recalcitrante con el discurso camaleónico de izquierda. Se grita democracia social, cuando sólo se aprecia durante más de 15 años, robo, saqueo, sicariato, corrupción, cogollo, nepotismo. Con el verbo de la revolución se llenan el bolsillo de dinero, y usando testaferros, controlan los bienes, haberes y producción del Estado. Aragua entró con la bandera naranja del socialismo, y termina desteñida y más blanca y verde que ninguna otra, más cerca de la bandera gringa que la tricolor sagrada. El golpe a gotas mediático es el globo exploratorio de la ultraderecha aliada con los que dicen estar con la revolución y sólo están con la cuenta bancaria en la isla Caimán que defienden más que su propia madre. Los estudiantes de derecha no tienen más discurso que el que CNN les brinda a través de la manipulación satánica de la realidad revolucionaria que vivimos en Venezuela. Globovisión satélite de la cadena imperialista le hace el coro para disociar más las multitudes. El fin de la concesión a RCTV ha sido manipulado como cierre con la única finalidad de tergiversar y confundir, alterar y subvertir un orden establecido, el estado de derecho, la ley que emana de la Constitución Nacional. Los políticos disfrazados de socialistas aprovechan cada oportunidad que tienen para cabalgar las manifestaciones y aparecer como enlace entre un polo y otro de la política venezolana; no nos engañemos. Estos pseudos revolucionarios sólo tienen un plan trazado, y es el de luchar para no perder el 25 % de la torta electoral, de los votos, de las voluntades que en un momento pasado dieron el apoyo. No saben que en este momento sólo cuentan con el dinero mal habido durante tres períodos gubernamentales y el lecho de roca armado con la más soberbia manipulación de un ejército de funcionarios que siguen bajo el yugo del capo mafioso y sus secuaces. El golpe a gotas tuvo éxito en no pocas repúblicas balcánicas europeas, y sigue una dinámica de "calentar calles" y simultáneamente producir imágenes que se ven en todo el mundo. Multiplican una falsa realidad que captan sólo las cámaras de los mercenarios de la comunicación e información al servicio de las multinacionales, bloque de corporaciones que sustenta al imperialismo satánico mundial. El estudiante sigue el discurso de su familia que está educada por los canales privados y el centro privado de estudio en el que forma su mente. La televisión por cable continúa la educación en las noches. Mc Donalds, Wendy, Arturos le enseñan a comer y le proporcionan los químicos que junto a Coca Cola resumen el coctel diseñado para producir un autómata blando desorientado en el laberinto de Sambil. La receta del filósofo Sharp le enseña a desestabilizar con la fisonomía de la paz y la no violencia. Finalmente tenemos al potencial terrorista de derecha que siente poder porque los medios masivos de información privados le dan la mano, es de entender que el poder que esta minoría seleccionada tiene es el que le hace sentir el Tío Sam (el imperialismo Yanki) por eso pone la rodilla, y se acuesta en la autopista y desenrolla una bandera que no siente suya porque ama más la de 54 estrellas. El golpe a gotas está probando las agallas de una burguesía sin raíces, sin audiencia, sin folklore, sin espacio para debatir sus ideas porque sólo repite automática lo que grabaron en Miami. La respuesta revolucionaria la hemos visto con los estudiantes que van a organizarse en consejos de poder popular estudiantil, al igual que las comunidades y los trabajadores. A cada ataque un contra-ataque revolucionario que rompa el cerco al imperialismo donde quiera que se encuentre, esa es la estrategia, la disciplina revolucionaria. No la que le entrega elementos a la contrarrevolución para que ocupen espacios físicos o mediáticos, no la que les permite seguir confundiendo más, alterando más, saboteando más. Ojo con los que se dicen revolucionarios y sólo le entregan armas al enemigo. El socialismo bolivariano tiene prohibido fallarle al pueblo, y esto significa claridad y eficacia revolucionaria. El golpe a gotas es una receta para medir el nivel de respuesta de las multitudes, y así poder planificar ataques más precisos, con civiles y uniformados que sirven al imperio y están esperando sólo la orden. A una semana del fin de la concesión al canal del lacayo Granier se escuchó el tronar de la marea roja: ¡Ahora le toca a Globovisión!
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