Avanzada tecnología, un ritmo vertiginoso de imágenes de calidad con narraciones frescas y naturales, acompañadas de rostros agradables. Información desde todas partes del mundo a gran velocidad. Globalización, cobertura en casi todo el planeta, buen sonido, un equipo de edición envidiable, todo eso es la TV gringa y sobre todo CNN, pero al final, el criterio periodístico dedica toda su atención a la detención de Paris Hilton, la hija de un magnate del negocio de hoteles, cuyo delito es haber conducido borracha y sin permiso de conducir. La TV norteamericana crea esos personajes y los destruye, convierte el periodismo rosa, o de farándula en mercancía para el consumo de la mayor audiencia de la tierra. El negocio televisivo avanzó más rápido que la comprensión de la ética periodística en las escuelas de comunicación social.
Las autoridades universitarias, tanto públicas como privadas, tienen una gran responsabilidad de que un grupo de estudiantes opositores al gobierno hayan tenido que pararse a leer un escrito de una agencia de publicidad para simular que pensaban. Todo es una gran apariencia, un circo de la realidad que se pretende justificar con consignas vacías de significado. En Caracas, en Maracaibo, en Ciudad Bolívar, decenas de estudiantes, y no miles como dicen en TV, protestaban cerrando calles por RCTV etc. La debilidad de sus argumentos, no solo era producto de la desinformación, sino fiel reflejo de esa ingeniería cultural que se hace desde las universidades, la iglesia y los medios. Todos artífices de mentiras, medias verdades, tergiversaciones y la negación al sentido común.
Justifican sus delitos con definiciones anacrónicas, carentes de significado o manipuladas de tal manera que son utilizadas para cualquier cosa, para pensar rápido pero sin profundizar. Por eso es imposible el debate y la reconciliación. Autonomía universitaria, libertad de expresión y hasta la palabra de Dios, hoy día son frases publicitarias que ayudan a causas políticas y económicas. Cuanto más descarados sean sus usos indiscriminados, es porque toda una generación fue educada, idiotizada para aceptarlas.
Cuando CNN muestra la fotografía de Paris Hilton llorando por su regreso a prisión, evade un hecho periodístico mucho más grave, pues resulta que en Guantánamo personas inocentes son retenidas ilegalmente, en una cárcel ilegal, sin derecho a la defensa y el debido proceso. Y para colmo torturados. Para cualquier periodista novato, sería la noticia del siglo. El debate estaría en las primeras páginas de los periódicos. Pero no, resulta que la chica Hilton, quien solo pagará menos de dos meses de cárcel acapara la atención de los medios, desde CNN hasta un periódico de modesto tiraje en Ciudad Bolívar. Ya sabemos que la información fue convertida en mercancía, pero el peligro es que no existe un debate serio en las universidades. Y seguir jugando con la ingenuidad de estudiantes de la UCAB, UCV, Simón Bolívar, etc. Para presentarlos como mentes brillantes que se oponen a las pretensiones de un dictador, resulta una farsa detestable. Mucho más digno es defender el negocio de Marcel Granier porque se está de acuerdo con el oligopolio mediático que la empresa 1BC tenía y conserva, a pesar de RCTV. Por lo menos se habla con la verdad en lugar de dibujarla por la vergüenza que produce asumir la misma.
Mentes perversas en las universidades están formando futuros comunicadores con un problema serio para comunicarse. No les gusta escuchar, tampoco les agrada debatir y no aceptan ni siquiera como un supuesto, que no tengan la razón. Cito a Dominique Wolton, para advertir que la comunicación corre el riesgo de ser vaciada de contenido, manipulada y reducida al comercio por la “filosofía tecnológica y económica” que domina las reflexiones sobre el tema.
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