Azimut revolucionario

El pueblo es sabio y cobra caro a quien le cree bruto

Mientras el Tribunal Supremo de México anula por inconstitucional una ley que pretendía hacer perpetuas las concesiones radioeléctricas, y en Brasil se discute sobre la renovación o no de concesiones a 28 televisoras y 153 radios hay quienes insisten en debatir sobre una supuesta arremetida del que llaman “régimen” contra una libertad de expresión que no es tal.

El pueblo es sabio y ahora la oposición sabe de sobre manera que cobra caro a quien le cree bruto. Al tiempo que un grupúsculo de estudiantes confundidos se alza con la bandera contra la no renovación, otro mucho más grueso sale a las calles a protestar a favor de la medida, entendiendo que es una decisión soberana y negándose como estudiantes a participar en una estratagema que le pone de rodillas a una petición de una empresa mercantil que jamás ha tenido nada que ver con el reclamo y la brega de reivindicaciones sociales… Por el contrario, que ha sido más bien nicho innegable de consecuciones poco claras de contrataciones gubernamentales a través de presiones y chantajes, que ha sido descartada en el reemplazo y exclusión del talento nacional por talento extranjero, sobre todo gringo y mexicano y colombiano y que además ha sido protagonista de primera línea en los procesos de fabricación mediática de dirigentes sin plataforma comunitaria y agitadores del golpismo ultraderechista en que el pasado once del 2002 intentó instaurar una dictadura en Venezuela que en apenas 48 horas cerró el canal del estado, destruyó una embajada, sacó la policía a las calles contra el pueblo, detuvo cientos de personas y realizó casi cincuenta allanamientos a personas cuyo único pecado fue haber tenido de alguna forma relación con el gobierno derrocado.

Como dice Luis Britto García Venezuela es el país en donde hay más libertad de expresión en el mundo. El sector privado acumula 90 periódicos, 700 radioemisoras comerciales, 78% de las televisoras VHF y 82% de las VHF. Salvo dos diarios que guardan un cierto equilibrio informativo, los medios privados predican el derrocamiento violento del gobierno democrático y divulgan cualquier información que fracture de alguna forma el respaldo popular del gobierno comentando supuestas corruptelas sin pruebas y opiniones de dirigentes de escritorio que han sido execrados por el pueblo en los procesos electorales… mientras eso pasa el gobierno no ha respondido con medidas de cierre, suspensión ni de confiscación de ediciones de ninguno de ellos.
”Los medios privados suplantan a los partidos políticos, crean partidos y dirigencias mediáticas, incitan a la discriminación étnica y social, a la guerra civil, al sabotaje de la industria petrolera y al golpe de Estado, colaboran activamente en éste al interferir las emisiones del gobierno democrático y difundir falsa información, pactan con la dictadura mediática, imponen un apagón comunicacional a favor de ella, vetan medio millar de comunicadores y mantienen un veto contra toda persona, noticia o institución que no se ajuste a su línea editorial”.

Luis Brito García (Libertad de expresión en Venezuela)

Luego que el gobierno bolivariano trabajó duro para el incremento de la matrícula de estudiantes en la educación media, diversificada y superior de 400 mil que estaba en el año 98 a 600 mil que registra ahora las autoridades nacionales universitarias reconocen la disociación existente en algunos recintos de educación pública sobre todo con el criterio de los estudiantes que allí ingresan los cuales muchas veces no son los más adecuados. En el Informe de la Defensoría del Pueblo para 2005, Luis Fuenmayor Toro explica que desde 1989 los universitarios "ingresan por vía de mecanismos como pruebas internas, cursos propedéuticos y lo que se conoce como acceso `discrecional’ es decir, por decisión del Decano". Según la Defensoría, "esta práctica ha traído como efecto la exclusión sistemática de la población de más bajos recursos de la educación superior". Esto no ofrece una idea somera del nivel con que llegan algunos estudiantes y además nos genera automáticamente el dilema de la autonomía universitaria que a veces solamente sirve para decidir sobre cupos traficados.

El país sigue en calma y los estudiantes defensores del grupo 1BC (no de la libertad de expresión ni mucho menos) continúan en as calles reclamando que este grupo siga pagando mal a sus empleados, siga reemplazando talentos teatrales por misses, siga pagando las producciones nacionales a locha y vendiéndolas a cifras mil millonarias, remitiendo la programación del horario adulto solo a películas malas de sexo y acción barata, sigan presionando al gobierno para obtener contratos y adquiriendo producciones de antaño (como el zorro) para ahorrarse dinero y embolsillarse los más posible sin pensar en la calidad de televisión que el pueblo se merece.

La semana que viene la regalaré el decálogo de la llamada “telebasura” que cuestionan los intelectuales venezolanos y con ella podremos ver un poco mejor el norte de esas discusiones flemáticas que solcitian los estudiantes opositores quienes pareciera querer promover es la solidaridad basada en la lástima hacia la brutalidad más que la alianza racional con sus argumentos.

Hasta la victoria siempre. RCTVaaaas, eso no tiene marcha atrás.


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Luis Jonás Reyes


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