Chávez, Caldera y el día del periodista

No tienen “motivos” para celebrar, así que por esa razón prefieren marchar hasta ese templo del antiperiodismo llamado rctv. Y es que hay que solidarizarse con el pobrecito granier, pues eso de que deje de ganarse Bs 310 mil millones en publicidad es un verdadero atropello del “tirano” Chávez en contra de la libre difamación que durante 53 años ejerció el nefasto grupo 1BC. ¡Qué será de granier y sus viajes a Londres, pobre! Pero por qué no hacemos un poco de aquello que los escribidores de discursos de CAP llamaron “introspección retrospectiva”. El 27 de junio de 1994, día del periodista, Venezuela amaneció, como otras tantas veces durante la cuarta república adeco-copeyana, con las garantías constitucionales suspendidas. Ningún medio de comunicación se atrevió a criticar la medida, ahí están las hemerotecas para que lo comprueben. Pero hoy hay quienes marcharán con sus rostros pintarrajados. “Devuélvanme mi canal”, “rctv somos todos”, “te queremos, miguel ángel” son las libertarias consignas que esta amorfa masa de gentes seguramente vociferarán. Pero esos que hoy fingen de baluartes de la libertad de expresión en tiempos de caldera II ni siquiera en sus hogares se atrevieron a alzar su voz discordante, así de valientes fueron entonces. Y fue así como el pueblo se fue forjando una idea bastante real de qué clase de periodistas estaban saliendo de las universidades y de cuáles decían, y dicen, la verdad. Ese nefasto 27 de junio del 94 caldera decidió suspender las garantías a fin de “conjurar” la crisis. Lo que realmente quedó conjurado (noten que aquí no uso comillas) fue el derecho del pueblo a estar veraz y oportunamente informado. Las maquilas mediáticas se sumaron “voluntariamente” al deseo de caldera de no alarmar a la población con “informaciones tendenciosas”. A la suspensión de garantías le dieron el eufemístico apodo de “garantías congeladas”. Sépanlo: son los mismos que llamaron “trocha” a la vía de contingencia. Y los partidos políticos, hoy extintos de la vida nacional, también sucumbieron al “voluntarismo” requerido por caldera para su milagroso “conjuro” anticrisis. Los adecos estuvieron de acuerdo con el “menú”, más eufemismos, de caldera y sólo les preocupó que pudiera suscitarse un proceso de “expropiación indiscriminada”, mayor cinismo imposible. Los copeyanos, con eduardo fernández como vocero, hicieron las delicias de caldera al fabular que corríamos el riego de caer en el “totalitarismo”, ¿acaso gobernar sin garantías constitucionales no es totalitarismo? Bueno, así desgobernaron siempre los fetichistas del pacto de Punto Fijo. El “mas”, hoy devenido en menos, apoyó la medida siempre y cuando fuese “temporal”. Pero lo que no fue “temporal” fue la “Agenda Venezuela”, que propició el empobrecimiento del Estado venezolano y lo puso en manos transnacionales con aquello que teodoro petkoff promovió a sangre y fuego calificándolo como el “exitoso proceso de privatizaciones”. Ya sabemos en que acabaron CANTV y el resto de empresas entregadas al voraz mercado neoliberal mundial. La “causa r” se conformó con la simple frasecita de que la suspensión de garantías constitucionales podría convertirse en un “arma de doble filo”. La entrega a los arrebatos “democráticos” de caldera fue total, no hubo partido ni medio de comunicación que mostrara el arrojo que hoy pretenden vendernos por globovisión. A escasos días de la suspensión de garantías fueron allanadas las casas de Orlando Castro, del grupo Latinoamericana Progreso, Ignacio Quintana, empresario y Aníbal Romero, politólogo, entre otras muchas más. Sin embargo, el hombre que estaba siendo vigilado de cerca para evitar su fuga, evadió el cerco “con cautela”, así se marchó lusinchi de Venezuela en agosto del 94, mientras caldera dormía una plácida siesta en su quinta de Punto Fijo. Las garantías “congeladas” por el suma cum laude caldera fueron las siguientes:


* Libertad y seguridad personal (Art. 60 Constitución 1961)
* La inviolabilidad del hogar (Art. 62 Constitución 1961)
* El libre tránsito por el territorio nacional (Art. 64 Constitución 1961)
* El derecho a realizar actividades lucrativas (Art. 96 Constitución 1961)
* El derecho a la propiedad (Art. 99 Constitución 1961)
* Los requisitos que deben regir las expropiaciones (Art. 101 Constitución 1961)


Por lo antes expuesto no me queda más que desearles un ¡Feliz día del Periodista! a quienes hoy celebran su día ejerciendo su profesión tal como lo demanda la Carta Magna de la República Bolivariana de Venezuela, aprobada por el noble pueblo de Simón Bolívar y su Presidente Hugo Rafael Chávez Frías en el año glorioso de 1999. A los otros, a los que marcharán para que el chulo de Barcenas encienda de nuevo esa extinta maquila llamada rctv, les deseo un largo y muy sifrino: “muéranse que chao, cipayos”


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Henry M. Boscán B.


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