Resulta sorprendente la forma en que se cruzan las vidas de Marcel y Alberto Federico, hoy por hoy los máximos exponentes del decadente modelo vernáculo del buen burgués latinoamericano.
Muy impecables ellos en el arte de “amar”, lograron expedito ingreso en carroza nupcial al selecto círculo de los amos del valle. Similares las dotes (a un canal por cabeza), editoriales como gotas de agua que día a día trepanan la mente y, aunque Marcel aventaja, se comenta que amén de enemigo comparten destinos con un mismo final.
Aguas abajo las anclas mediáticas fondean, acusando desgaste por el sesgo inútil que le endosan al acontecer nacional. Nótese que desistieron de convencernos “por las buenas”, ahora se burlan al unísono de nuestra “fiel obediencia” al líder.
Granielito, Homero, Matacuras, Niño Rata y sus combos adulantes, pretenden ignorar ahora la valiosa colaboración prestada al meteórico ascenso del hombre de la verruga, justamente por acatar con sumisión las erradas instrucciones de quien detenta los cobres. En fin, por la plata baila el perro, pero al circo le crecieron los enanos, tanto como a Chávez la popularidad.
Buscando un implante llegaron a Ucrania pero el naranja radiante marchitó en la resiembra, por lo que de nada sirvió mirarse al espejo con este “hermano morocho”.
A las primeras de cambio, ya están en Myanmar buscando un onoto llamado azafrán y figúrese, encontraron monjes igualitos al Cardenal.
Entre tanto muy cerca, un país “diferente” propina derrota aplastante con el llamado conciente a otra constituyente; -¿Donde queda?- pregunta el piloto, “En el país de Correa” responde Marcel entre dormido mientras Alberto Federico se babea con los micros de Ciudadanía Activa en la butaca de al lado.
Cuando estaban a punto de hacer escala en Correa del Norte, Associated Press advierte en el satélite el error orto-geográfico de la bitácora, justo a tiempo para levantar vuelo de regreso a casa.
La TV Española les sacó del apuro con un “excelente” documental que transmitieron a rabiar en Venezuela, precisamente sobre Corea del Norte y su enorme parecido con la patria de los traidores de Bolívar.
Eva traerá pronto impactantes documentos secretos desclasificados que explicarán en detalle nuestras semejanzas con pueblos tan lejanos, pero les adelanto lo que ya saben los dos ligaditos: Venezuela es un macizo desprendido del continente asiático que vino a parar a Suramérica en el Pleistoceno.
El último que apague la luz.
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