Un viejo anhelo del pueblo venezolano es que su propia voz sea escuchada, de allí la creación de las radios y televisoras comunitarias que hoy se riegan por el territorio de la república como un nuevo mapa comunicacional sin precedentes en la historia de los pueblos de América y del mundo.
Lo que teníamos, oíamos, veíamos, sentíamos y hacíamos en 1999 los que hemos estado involucrados en este movimiento alternativo a la comunicación privada es diametralmente distinto a lo que hacen y construyen en 2007 las comunidades al poseer y apoderarse de sus medios para hacer escuchar su propia voz .
¿Que es lo crucial de la comunicación comunitaria en Venezuela?
A mi modo de ver es un proceso de descolonización que se libra en el propio seno de ese movimiento emergente y que trata de copiar o romper el modelo comercial y mercantilista que fue aprendido durante más de 50 años de historia en el ejercicio de la radiodifusión.
Si están concientes de ello, los propios actores, las propias comunidades y colectivos del evento, es cuestión del debate que debe darse hacia el seno de las propias radiodifusoras comunitarias y alternativas y de allí lo significativo de ser críticas, autocríticas y visionarias, porque se trata nada más y nada menos de construir una nueva manera de comunicarse y más todavía de expresarse a través de ellos.
Lo fecundo de este nuevo modelo, que ha tenido y tuvo frustrados intentos en otras latitudes de Latinoamérica, es que nuestra experiencia tiene fundamentaciòn jurídica y el soporte del estado, y que toca distintos factores de carácter cultural, económico y sobre todo político.
Lo primero de estas experiencias es la valoración y el reconocimiento de la identidad local como primera etapa de conocimiento de las facultades y valores propios, del derecho a identificar la pertenencia al lugar, de reconocer sus propias potencialidades culturales y la facultad de asumir un estado de conciencia sobre sus valores.
Luego se destaca la facultad de estas para reconocer a través de la palabra hablada o escrita los referentes de su propia historia lo que algunos especialista han llamado la matria, que permite a las comunidades entender su propio pasado y su presente, para proyectar su futuro. Siempre se nos ha enseñado a través de los estudios convencionales la historia de la patria, la gran historia de los héroes épicos de la independencia, pero muy pocas veces la historia de los pueblos que algunos llaman la microhistoria que a su vez componen la macrohistoria de un país y allí esta el papel protagónico de las comunidades cuando a través de sus medios reconocen su propia historia local.
La otra realidad de la radiodifusión comunitaria venezolana es que se abrió un proceso de inclusión social y de apertura a las posibilidades creadoras del pueblo venezolano para expresarse con su propia voz, siendo protagonista del manejo de la información oportuna y veraz, en contraposición a los medios privados que por asumir posiciones políticas sectarias, casi siempre identificadas con los preceptos de la oposición al Gobierno Bolivariano, han perdido credibilidad en las audiencias públicas.
La ruptura de los monopolios comunicacionales, en gran medida producto del influjo de la comunicación alternativa y comunitaria, especialmente en los ámbitos locales, ha llevado a repensar la gestión del periodismo tradicional y ha abierto nuevas posibilidades de participación en procesos comunicacionales distintos a los controlados por grupos económicos de poder asociados a los monopolios internacionales de la noticia controlados por el imperio norteamericano a través de sus respectivas agencias de inteligencia.
Esas experiencias del manejo de la información y la comunicación en las comunidades, hoy son estimulados por el estado a través del Premio Nacional a la Comunicación Popular , simultaneo al tradicional Premio Nacional de Periodismo que premia a los periodistas colegiados.
El primero permite calificar la calidad y valorar las experiencias comunicacionales colectivas y el segundo el reconocimiento individual al periodismo colegiado. Como vemos son dos visiones distintas de la práctica del periodismo que hoy suscita debates sumamente fecundos en cuanto al destino de las comunicaciones en el mundo.
Dado que, tanto la reivindicación de lo local como lo colectivo en la gestión comunicacional popular, forman parte fundamental de estas experiencias de la comunicación en la actualidad, nos encontramos con un fenómeno político de trascendencia histórica y mundial de este siglo que dará muchos aportes a las nuevas maneras de asumir los medios de comunicación.
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