Luego de realizar una gira por Uruguay, Paraguay, Argentina y Chile, pudimos constatar la concentración de los medios impresos y televisivos, en la mayoría de estos países sudamericanos, donde existe una coincidencia editorial, con la mayoría de las informaciones de las cadenas privadas de prensa, en la campaña mediática contra Venezuela. En sus páginas o los espacios televisivos, se sataniza al presidente Hugo Chávez, bajo el mismo libreto de EEUU, que si bien ha ganado sus mandatos electoralmente, gobierna de manera despótica, atacando y censurando a los medios de prensa.
En nuestro trabajo de prensa, solo pudimos acceder a medios impresos en Uruguay, en la mayoría de los otros países, pudimos entrevistar con medios radiales y redes alternativas, como algunos medios impresos comunitarios, los cuales sobreviven gracias al apoyo de los movimientos sociales, como a gestiones individuales, o simplemente el aporte de sus ingresos personales.
La visión parcializada sobre Venezuela
La gran prensa y la televisión reproducen las mismas informaciones de los medios internacionales, la defensa de los modelos de libre comercio (TLC), “la agresión de Venezuela y Ecuador a Colombia”, justificando el derecho del gobierno de Uribe, a la autodefensa y realizar una masacre, como ocurrió en territorio ecuatoriano. Para estos medios Chávez es un dictador, que ataca a los medios privados venezolanos, que cierra los caminos a los sectores empresariales, que apoya al terrorismo de las FARC, como se asocia con Irán, a la vez que Venezuela, es un santuario del narcotráfico.
Todas estas informaciones han surgido del laboratorio de la CIA, enmarcadas en un plan desestabilizador, como lo viene realizando en Bolivia, al intentar copiar el modelo de los Balcanes, donde lograron atomizar esas naciones. Hoy intentan lo mismo al tratar de separar a Santa Cruz del resto del país. De la misma manera, apoyan al Zulia venezolano, para generar un movimiento separatista. En ambos ejemplos, son los intereses trasnacionales que quieren adueñarse, como puntas de lanza, para ahogar los procesos de cambios en América Latina.
Los logros alcanzados en Venezuela, en el desarrollo interno y en la estabilidad de su economía son ignorados en la prensa privada, solo muestran los planteamientos de la oposición venezolana, manejando una imagen de deterioro del apoyo al presidente Chávez, como de la división de los sectores que apoyan al proceso bolivariano. El miedo a una nueva alternativa de cambio, a una verdadera integración latinoamericana, los lleva a configurar intensas campañas de mentiras, para justificar las intervenciones de EEUU, como lo hicieran en la décadas del 60 al 80.
La nueva Venezuela imbuida de los principios del Libertador Simón Bolívar, sufre los mismos embates que sufrió el proyecto de la Gran Colombia. Intereses obscuros y antinacionales venden su servicio al nuevo imperialismo de esta era, no importa para ellos el desarrollo nacional, solo importa ingresar a sus cuentas, a sus capitales la ganancia que le dejan las trasnacionales, sin importarle los derechos de la mayorías venezolanas.
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