Hacemos este comentario, puesto que la tergiversación de la información a nivel internacional, de lo que ocurre en Venezuela, parece ser una política editorial de los grandes medios de comunicación, que por lo general se encuentra en manos de los grandes poderes económicos, quienes a su vez, ven en la propuesta socialista que encabeza Venezuela, sumado al levantamiento contestatario de otros pueblos del sur, quienes se suman a la construcción de un sistema político alternativo a la vorágine capitalista, un peligro para sus intereses, que se resumen entres palabras, en la extracción de plusvalía a costa de engaños y legitimaciones absurdas, utilizando la mentira y la infamia como elementos que conducen a una especie de enajenación colectiva.
Este articulo, presenta evidencias contundentes que nos permiten corroborar lo anteriormente expuesto, además de visualizar, cómo se construye un discurso falseado, sin que la ciudadanía pueda encontrar una opinión que contraste con lo expuesto en estos diarios. Peor aun, sin que ningún organismo internacional, pueda sancionar tamañas mentiras, que podríamos comparar su grandeza con lo abultado de las cuentas bancarias de sus dueños. Y el lector, lee a diario, cree lo que lee y opina según lo que lee.
La Hora, es el nombre del periódico, que “profesionalmente”, los días 11 y 12 de este mes, se habló, con un “análisis sesudo”, de la forma en la el gobierno de Venezuela actúa y cuál es la realidad política del país, todo enmarcado bajo la coyuntura del proceso eleccionario del 23-N. El 11 de Noviembre, por ejemplo, un articulo se tituló, La amenaza militar de Chávez a la oposición (La Hora. 11-11-08. p. 12) y la imagen del articulo era una foto del presidente de la república, al lado de un soldado que apunta a un objetivo con su fusil. Ah! Eso no es todo, en ese mismo articulo se afirma, textualmente, que el presidente venezolano ya amenazó dos veces con recurrir a la fuerza militar si sus candidatos pierden en sendos estados de Venezuela, tratando de afirmar que el apoyo popular al presidente Chávez es producto de una especie de terrorismo de Estado; cosa que además el pueblo venezolano no estaría dispuesto a aceptar de ningún neocaudillo, y que por su puesto no es la forma con la que la revolución ha manejado su política, que por el contrario, esta se ha planteado caminar hacia el Socialismo, respetando las reglas del juego democrático del Estado Liberal Burgués que pervive en el país. Otro elemento, que no podemos dejar de lado, es que se citan unas declaraciones que, supuestamente, el presidente de la República Bolivariana, había dado a la opinión pública, en donde al parecer, y según este diario, el mismo Chávez afirma que si permiten (el pueblo) que la oligarquía regrese a la gobernación de Carabobo a lo mejor voy a terminar sacando los tanques de la brigada blindada (Ídem). Con esto, queda sentado, taxativamente que los “medios de comunicación dicen lo quieren, fijan posiciones políticas y son grupos de presión dentro del Estado, todo esto sin que nadie pueda sopesar estas matrices de opinión. Que se convierten en “verdades irrefutables”, lamentablemente.
Pero como la intención no solo es deslegitimar la revolución democrática que se esta viviendo en el país, los aires triunfalistas que se le atribuyen a la oposición venezolana también salen al paso en los artículos de estos periódicos. Tal es el caso de otra noticia que publicaron en el mismo diario un día después, la cual se titulaba Le salió gente al camino a Hugo Chávez (La Hora. 12-11-08. p. 10) y en donde esta gente que le salía al paso al presidente no eran sino Ramón Martínez y Manuel Rosales, dos de los opositores más “connotados”. En este punto nos hacemos la pregunta, ¿Qué entienden los diarios de America Latina por gente? ¿Solo los que están postrados en la acera de la derecha? Dónde está la voz de la gente de los barrios en estos diarios. Por ningún lado.
Entonces. Si estas pruebas no indican que algo no esta funcionando como debiera, desde la forma y el fondo de cómo se estructura la política comunicacional de estas empresas, aveces transnacionales, entonces dejemos que Fukuyama reedite su texto el “Fin de la historia”, y firmemos de una vez por todas, el acta de defunción de los seres humanos y de la tierra misma. Ser críticos no es fácil, recibiendo constantemente distorsiones de la realidad por parte de los medios doctrinarios de la derecha (medios de comunicación), pero hay que hacer el esfuercito. Donde si debemos poner todas las fuerzas de nuestro pensamiento, es en autoevaluarnos, y reflexionar críticamente en la forma como estamos guiando nuestro proyecto, encaminado hacia el socialismo. Pero esto último, es un debate que daremos en otro espacio. Por ahora, solo queda la reflexión de lo discutido, y la necesidad de utilizar la dialéctica hasta para con los “inocentes” artículos de prensa.