Por estos días se habla acerca de Rctv, que no de Radio Caracas Televisión, denominación abolida en razón de pleitos intramuros.
Marcel Granier, cual severo Catón, señala indignado que sus equipos fueron robados por el Gobierno, sin que curse ninguna demanda al respecto.
Uno que otro columnista evoca el veto del canal contra el ex presidente Luis Herrera Campíns, condenado a no aparecer en sus pantallas; sin embargo, pocos conocen el almendrón por dentro.
Corría el primer año del gobierno de LHC (1979) cuando el nuevo presidente del INH, Guillermo Boggiano, planteó la absurdidad de pagarle a Rctv para que transmitiera las carreras de caballos, el programa más visto en todo el país. Ante tal idiotez, se revocó el contrato y el programa hípico fue adjudicado a VTV, el canal del Estado, que le cancelaría al INH una suma adecuada.
Naturalmente la pérdida de dicha canonjía causó profundo desagrado a los directores del canal privado.
Más adelante Marcel Granier sostuvo conversaciones sobre temas inadecuados con militares activos, lo cual llegó a oídos de LHC, quien le ordenó a Luciano Valero, a la sazón ministro del Interior, que lo llamara a botón. El ministro, acompañado por el director de la Disip, citó al magnate al despacho de Carmelitas. Éste llegó amoscado y en plan retador, ante lo cual Luciano Valero manifestó la molestia del Gobierno por sus actividades.
Granier negó de plano la acusación y entonces le mostraron fotografías donde aparecía hablando con algunos oficiales.
Ante la segunda negación, el director de la Disip sacó un grabador y reprodujo la conversación aludida, dejándolo sin argumentos para desmentir lo sucedido. El ministro le señaló que se considerara amonestado y que no repitiera la gracia si no quería ser tratado con menos benevolencia.
Granier se atusó el mostacho y salió regañado.
Finalmente, el gobierno de LHC tomó la medida revolucionaria de prohibir la transmisión de publicidad de cigarrillos y licores por los medios radioeléctricos, ganándose la tirria de variados canales y emisoras privadas, cuyos ingresos mermaron en un notable porcentaje.
A pesar de lo que parece, no todo tiempo pasado fue peor.
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