¿Quién dijo miedo?. Indiscutiblemente que estamos ante un nuevo enfoque de la sociedad y esto tiene su incidencia directa en el comportamiento de los medios de comunicación tradicionalmente controlados por sectores totalmente opuestos a cualquier cambio de estructuras diferentes al modelo impuesto por el capitalismo y ello genera toda una serie de contradicciones propias de la dinámica constante en el proceso transformador. No es para menos la respuesta de la oposición a la medida de cierre de 34 emisoras radiales a nivel nacional por parte de CONATEL. A Venezuela la convirtieron los gobiernos de la IV República en una tierra de nadie donde todos hacían y deshacían, por ello es hora de ordenar la casa y más cuando el espacio radioeléctrico es utilizado en un porcentaje muy significativo, no precisamente para crear conciencia de patria. La ONU (Organización de Naciones Unidas), se pronunció en contra del cierre de estas emisoras, los partidos de la derecha se organizan para denunciar al gobierno Bolivariano pero utilizando argumentos engañosos sobre las causas de la sanción.
Los concesionarios deben demostrar que tienen todo en regla y cumplen los requisitos exigidos. Ya inclusive afirman categóricamente que Venezuela vive una dictadura y Chávez es un autócrata del siglo XXI. Pero veamos la conducta de los medios de comunicación ante los hechos nacionales e internacionales: a) Durante el golpe de Estado del 2002, previamente difundieron propaganda negra y llamaron al presidente de la República asesino, culpándolo de las muertes de los marchistas. Luego, justificaron la arremetida golpista de militares y empresarios como Carmona Estanga y trataron de legitimar la violación de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; escondiendo también la protesta popular contra la dictadura implantada. b) Luego del golpe de estado, a finales del 2002 y comienzos del 2003, los medios de comunicación se encadenaron, masificaron e hicieron real el sabotaje petrolero, la pérdida de 20 mil millones de dólares y el desabastecimiento de alimentos y gasolina. c)
Con la constante propaganda sucia, los medios de comunicación oposicionistas, que son mayoría, causaron un gran sentimiento de odio contra Chávez en la clase media y otros sectores sociales, disociaron mentes, que relacionan todos los males con nuestro presidente, aún los fenómenos naturales. Los disociados son hoy muy agresivos a la hora de actuar y hablar. d) La ridiculización y mofas contra los atentados al Presidente Chávez para asesinarlo dentro y fuera de Venezuela. e) Las opiniones generalizadas en estos medios de comunicación a favor del golpe de Estado en Honduras contra el Presidente Constitucional Manuel Zelaya, indican que sus líneas informativas son conspiradoras. e) La propagación en la opinión pública, en cuanto a que Venezuela esta incursa en narcotráfico y ventas de armas a la guerrilla colombiana. f) Estos medios de comunicación privados asumen favorablemente la instalación de bases militares gringas en territorio de Colombia, de manera increíble apoyan indirectamente las acciones imperialistas y de intervención extranjera. ¿Qué se puede esperar de estos medios?. ¿Rectificación?. Imposible, el Estado venezolano debe actuar y con fuerza, bajo la Constitución y las leyes.
Hoy la guerra mediática es un problema estratégico y por ende hay que normar rápidamente el funcionamiento de la televisión, la radio, la prensa y todos los que inciden en el pensamiento y estimulan la opinión. Estamos en la guerra de cuarta generación y debe asumirse como tal. La propuesta de la Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz de elaborar una ley de delitos mediáticos, es acertada y aceptable, se hace necesario un instrumento legal que permita sancionar a los medios que mienten y manipulan a la población. La libertad de expresión es un derecho humano, universal y constitucional, no se trata de violentarla, pero si de normarla para que todos estemos bien informados.
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