Dentro de algunos años, menos de los que se pueda pensar, la
legislación en materia de radiocomunicaciones y la atinente a nuevos
medios audiovisuales, tales como Internet u otros que serán de uso
masivo, tendrá que contemplar en cada país la defensa de ciertos
valores inherentes a la nacionalidad.
Me refiero al hecho concreto de que la enorme industria
cinematográfica y televisiva estadounidense impone pautas para el
consumo del público masivo, menos culto y más proclive a venerar
valores tales como el consumismo en sus múltiples modalidades, el
sexo, o lo que los gringos consideran erótico o pornográfico y el
consumo de drogas, que cada día nos presentan como un hábito inocuo y
con cierto cachet.
La programación de los canales gringos que se ven en Venezuela a
través de las cableras tiende a convertir a nuestros jóvenes en “fans”
o admiradores de un modo de vida norteamericano que, aunque disfrazado
para convencer a los más ingenuos, aún así revela una profunda
distorsión en los valores de dicha sociedad.
Se trata, ni más ni menos, de un Estado policial/militar, donde la
ley y el orden corren a cargo de variadas agencias de seguridad que
invaden cada aspecto de la vida del ciudadano de los Estados Unidos y
mucho más si se trata de un extranjero.
La propaganda abierta o subliminal a favor de Israel y el complejo
industrial militar es constante, lo mismo que la incitación a
despreciar a los nativos de ciertos países como los árabes, africanos,
latinoamericanos y asiáticos. Es decir, los argumentos
cinematográficos alientan la idea de que los pobres tercermundistas
son peligrosos para los Estados Unidos y el resto de la “gente bien”.
Esas patrañas se pueden consumir con toda tranquilidad en la mayoría
de los canales que conforman las ‘parrillas’ de las cableras en
Venezuela, incluyendo las estaciones de noticias donde a Chávez y a
nuestro país se los califica de forajidos.
Ahora resulta que RCTV, cuya concesión se extinguió, no solo siguió
transmitiendo por cable, sino que ahora lo hará por partida doble,
pues los canales golpistas en Venezuela gozan de consideraciones
especiales en CONATEL.
augusther@cantv.net