La TV venezolana nunca ha sido ejemplo de calidad en su programación, pero últimamente, y en las narices de la Ley de Responsabilidad Social de Radio y Televisión, hace un uso abusivo y perjudicial del espacio radioeléctrico asignado. La invasión de programas del tipo “Caso Cerrado”, “Mujeres con historia y hombres también”, “Quién tiene la razón”, ¿Cuál es la solución?, “Los mediadores”, y otros del mismo corte fomentan de manera descarada el morbo por situaciones (bien sean recreadas o ciertas, eso no interesa) de conflictos personales de los cuales sacan provecho televisivo y en horarios infantiles. En nuestra cultura post moderna explotar, exponer y juzgar las intimidades y las emociones de las personas se ha convertido en una herramienta de suma utilidad a la hora de captar la atención de los usuarios y usuarias. Algunos podrán alegar que cambiemos de canal o apaguemos la TV y punto. Esto sería como no pasar por una esquina donde haya basura para no toparnos con ella, pero esa actitud no elimina la basura, más bien la legítima. Y además, ¿para qué tener leyes si nadie las va a cumplir o no hay quien las haga cumplir? ¿Para qué regular los horarios de los programas si a la final los canales hacen lo que mejor les parece?
Por otro lado, tenemos transmisiones como “Las Muñecas de la Mafia”, donde se rinde culto a la violencia y donde las estudiantes sueñan con ser pareja de los narcotraficantes antes que culminar una carrera. Si bien es cierto que el horario es para adultos, las promociones de dicha novela se hacen en horario infantil y supervisado. Otra perlita es la que nos colocan todos días a las 7 de la noche: “12 Corazones”. Un programa donde la mujer se presenta como un simple objeto sexual que anda en busca de un “macho” y se exhibe a fin de conquistarlo. Estos programas expresan una concepción distorsionada del sexo y desvalorizan constantemente a la mujer como ser humano.
Vale la pena aprovechar para señalar el énfasis que hace el programa “A qué te ríes”, de ridiculizar a las personas que tienen una orientación homosexual, donde casi todos los sketches están basados en personajes que pretenden representar a personas con una orientación distinta a la heterosexual pero de una manera estereotipada y falaz. Programas como estos profundizan la homofobia y ridiculizan a un colectivo que históricamente ha sido estigmatizado y discriminado. Y por otro lado la mujer es reducida a un simple cuerpo para ser poseído por los machos.
Estamos conscientes de que no podemos hacer de la TV una enciclopedia cultural, debido al grado de “putrefacción” al que hemos llegado como sociedad, pero si podemos distanciar en el tiempo a los niños, niñas y adolescentes el contacto con esta basura televisiva, haciendo respetar realmente los horarios infantiles y protegidos. Y quienes se sientan identificados con ese tipo de programas que los vean en un horario restringido realmente y no camuflageado, ya que el derecho a embasurarse también debe respetarse en revolución.
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