Según el evangelio de San Mateo 23:25 , Jesucristo gritó a los fariseos: ¡Hipócritas!, limpiáis el exterior del vaso y del plato, pero por dentro están llenos de robo y de desenfreno”.
Dos mil años después, las frases lapidarias le vienen al pelo a la farsante y torpe oposición, dedicada a inventar mentiras para enfrentar ese nuevo instrumento informativo muy bien llamado Guerrilla Comunicacional, que ha puesto en marcha el gobierno revolucionario.
Sí, guerrilla, y no una guerrilla sin sentido, sino creada, por fin, para enfrentar el modelo de guerra de cuarta generación, sin balas de plomo, con proyectiles dirigidos desde Estados Unidos para demonizar e irracionalizar a la población todo el día.
En sus campañas publicitarias bombardean a los sectores más desposeídos, principalmente niños y adolescentes. La estrategia es aplicada como un insistente ritual a través de imágenes, frases, música y toda clase de expresiones dirigidas activar el miedo, la rabia, la indignación, el odio, con la consecuencial rebaja de los niveles de autoestima, como lo apreciamos en los show montados por Globoterror. Es el embobamiento ancestral.
El evangelio también alcanza a bien conocidos profesores ucevistas de la Escuela de Periodismo, que discurseaban contra la “dañina programación” de los medios de comunicación. Extremistas marxistas y maoístas ayer, asustados apátridas hoy, titulan, por ejemplo “Guerrilla Comunista” para erigirse en salvadores del país ante el supuesto peligro de una Guerrilla Comunicacional. Lo que les asusta es la revolución que avanza en el país.
En paralelo, abandonando su ministerio, la máxima jerarquía eclesiástica, también ha desatado una feroz campaña política con mensajes de angustia y de odio, para confundir a personas de todas las edades en contra de la Guerrilla Comunicacional.
En el proceso revolucionario que se adelanta en el país, cobra una importancia vital y estratégica la frase de nuestro Libertador: “La imprenta es la artillería del pensamiento”
Así, los jóvenes, armados de esa artillería, atraviesan el país a todo lo largo y ancho llevando valientemente en sus oportunos y veraces textos el conocimiento de la verdad contra el oscurantismo e hipocresía que genera el capitalismo salvaje.
Este sistema perverso y sus grandes corporaciones transnacionales concentran la propiedad de múltiples medios de comunicación impresos y audiovisuales. Medios de comunicación, con la complacencia de los “periodistas” de nuevo tipo, convierten mentiras en supuestas verdades, para luego declarar guerras ilegales en nombre de una supuesta libertad y democracia que no es otra que la dictadura mediática. Los llamados grandes medios de comunicación forman carteles que impiden que los
ciudadanos y ciudadanas del mundo reciban una información veraz y Hacia allá van nuestros guerrilleros comunicacionales, animados por el pensamiento luminoso de Antonio Machado:"En cuestiones de cultura y de saber, sólo se pierde lo que se guarda; sólo se gana lo que se da".