La medicina integral: luminoso tesoro de la revolución

Con la presencia de importantes contingentes de médicos cubanos diseminados por las barriadas, pueblos y caseríos de todo el territorio nacional, el Gobierno Bolivariano encendió la alegría de los compatriotas, incorporando a nuestra cotidianidad un concepto revolucionario y ahora si de verdad masivo de la salud. Barrio Adentro ha sido una de las grandes banderas de la revolución.

Desde el primer momento, las instituciones, academias y universidades controladas por la contra revolución se dedicaron a cuestionar la idoneidad y capacitación de los médicos cubanos. Como si no fuera suficiente aval el ser la medicina que tuvo el pueblo que formar sobre la marcha luego de la deserción de literalmente la totalidad de los galenos que existían en la isla al comienzo de la revolución. Formación masiva de profesionales de la medicina en un pequeño país criminalmente bloqueado, lo que significa: privado de los recursos, insumos, equipos y medicinas mínimas necesarias para la salud de su pueblo.

Hoy en día son decenas de países los que han contado con la presencia solidaria y capacitada de los médicos cubanos. Recibiendo Cuba el reconocimiento respetuoso y agradecido de esos pueblos, si no pregunten en Haití. Muchas son las cosas por las que ha sido atacada la revolución cubana, menos por la salud de su pueblo. ¿Cómo se podría interpretar si no, el que sea uno de los países con más bajo índice de mortalidad infantil del mundo, muy por debajo de los Estados Unidos de Norteamérica?

Porque es una medicina integral. Que asumiendo al ser humano como un todo trabaja para la salud y no para la enfermedad, fundamentada en la vocación de servicio y no como negocio. El negocio necesita mantener la enfermedad, la medicina para el hombre la salud. Todo ello desarrollado en el marco de una concepción social al servicio de la humanidad. No de la ganancia.

Y allí están las raíces. Esa es la semilla que retoña hoy en día cuando la Revolución Bolivariana gradúa a los primeros 8.250 nuevos médicos Integrales para servir a su pueblo. No somos los más indicados para disertar sobre los elementos académicos que se esgrimen para atacar o defender a estos nuevos contingentes de la medicina en Venezuela. Sabemos que el Consejo Nacional de Universidades avaló sus pensum de estudios cuando iban a comenzar. Y que varias reconocidas universidades del país asumieron sus implementaciones y desarrollos.

Y así como nunca me plantee indagar sobre la calidad de los estudios de los diferentes galenos de los que me tocó alguna vez ser paciente, ni dónde estudiaron o cuál fue su pensum o profesores a pesar de las miles de historias que se han tejido de toda la vida sobre los médicos. Porque supongo que como todo y en todas partes los habrá buenos, malos y regulares. Así mismo y con miles de razones de la vida, otorgo mi voto de confianza a estos humildes camaradas que se están levantando al calor de la revolución. Y si hay fallas las iremos resolviendo en el camino con constancia y con conciencia.

Porque sé que están en contacto con la cotidianeidad de la lucha por la salud desde los primeros días de sus estudios, conociendo a la gente y la gente conociéndolos a ellos. Porque se han entrenado compartiendo de tú a tú con médicos experimentados durante graves y recientes contingencias. Y porque la segregación a que se han visto sometidos los ha forzado a ser mejores.

Los médicos integrales comunitarios son parte de un proyecto emblemático de la revolución. Está clarísimo que la guerra a la que están siendo sometidos es esencialmente política debido precisamente a su condición de vanguardia y políticamente hay que enfrentarla. Son hoy por hoy el más luminoso tesoro de la revolución, por ser la continuidad ahora con nuestra propia gente, de un tema tan fundamental como lo es la salud del pueblo. Y lo más importante: con una concepción que transita los senderos revolucionarios.

Hay que apoyarlos, hay que acompañarlos. Hay que participar con ellos en cuantas jornadas y movilizaciones se planteen y promoverlas nosotros desde los medios de comunicación, sean del Sistema Nacional de Medios Públicos o desde los Medios Alternativos y Comunitarios, en la lucha del día a día y como un tema prioritario hacia la gran contienda del 7 de octubre. Porque se trata de la continuidad de un proyecto estratégico para la revolución y hay que blindarlo política e ideológicamente.

Son ocho mil y tantos compatriotas que salen al combate. Debe haberlos por todas partes, en todos los rincones de la geografía nacional para llevarlos a nuestras radios, a nuestras televisoras y nuestros periódicos. Ir a acompañarlos en sus centros de trabajo con los medios del pueblo. Se trata nada menos que de la continuidad de la Misión Barrio Adentro con médicos venezolanos. Se trata del hombre nuevo que poco a poco va naciendo con la revolución bolivariana.

mundoiribarren@gmail.com


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Edmundo Iribarren

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