Misión Nevado para proteger los animales y nos arriesgamos a que los viejitos se queden sin comer en el Ministerio de Alimentación

“No soy pobre, pobres son los que creen que yo soy pobre. Tengo pocas cosas, es cierto, las mínimas, pero solo para poder ser rico. Quiero tener tiempo para dedicarlo a las cosas que me motivan. Y si tuviera muchas cosas tendría que ocuparme de atenderlas y no podría hacer lo que realmente me gusta. Esa es la verdadera libertad, la austeridad, el consumir poco. La casa pequeña, para poder dedicar el tiempo a lo que realmente disfruto. Si no tendría que tener una empleada y ya tendría una interventora dentro de la casa. Y si tengo muchas cosas me tengo que dedicar a cuidarlas para que no me las lleven. No, con tres piecitas me alcanzan. Les pasamos la escoba entre la vieja y yo; y ya se acabó. Entonces si tenemos tiempo para lo que realmente nos entusiasma. No somos pobres” José Pepe Mujica

Inventamos la Misión Nevado, porque nos conmovió un heroico perro que acompaño el féretro de nuestro comandante hasta su última morada, intentando con ello también hacer justicia con todos los animales de nuestra tierra para protegerlos del maltrato animal que muchas veces suceden.

Pero contradictoriamente en nuestra sede del Ministerio de Alimentación en la Av. Andrés Bello, aumentamos el almuerzo de los viejitos de 35 Bs a 65 Bs.

Sin tomar en cuenta siquiera la ubicación de dicha sede, que está situada en uno de los barrios más humildes de Caracas, como lo son Pinto Salinas, Simón Rodríguez, Guaicaipuro, Santa Rosa y Sarria, entre otros…

¿Quién puede entender este desacierto?

Bueno, nuestro ministro dirá, que las cosas suben y que no se pueden mantener dichos costos…

Y uno se pregunta que si no habrá otro lado para recortar, que no tuvimos más remedio que quitar de la boca de nuestros ancianos, el bocado que tan bien les caía todos los días…

Dime compañero Nicolás: Tú crees que nuestro comandante Chávez aceptaría dicho exabrupto…

(…) Hoy en la mañana pase una de las más grandes vergüenzas de mi vida, cuando el que vende los periódicos en la Av. Andrés Bello, me lo comento acompañado de una tristeza sin igual de la mano de la incredulidad. Hemos permitido con nuestra lentitud en resolver cosas urgentes, (“por ahora”) todo tipo de negocios con los alimentos por los bachaqueros, los de las fronteras y los de Caracas y los que trafican en los Mercales y Pdvales.

Pero somos unos pitonisos al momento de aumentarles la papa a los pobres viejitos.

A 40Bs 0 a 45Bs compañero, todavía se soportaba Pero a 65 Bs, la cosa le les pone fea a los abuelos…me dijo el quiosquero…






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José Varela


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