Simple: Chávez y su liderazgo. Conjuntamente con los cambios políticos y socioeconómicos que han ocurrido desde 1998.
Al “problema” han tratado de resolverlo con violencia. De esto se ha encargado el sector de la oposición contrario a una “solución pacífica”. Una vez trataron un golpe que disfrazaron de vacío de poder. Luego montaron un show que llamaron rebelión militar. También intentaron un perverso sabotaje económico al que irónicamente le colgaron el calificativo de “cívico”. Todo esto se hizo con el apoyo incondicional de medios de comunicación pacíficamente independientes.
La búsqueda de “solución” al problema también ha sido tarea de la “sociedad civil”. Esta “sociedad”, aunque en el fondo no le importa si la vuelta atrás es de otra manera, prefiere métodos pacíficos.
Ejerciendo derechos amparados por la más extraña de las dictaduras, la “sociedad civil” también ha intentado acabar con el “régimen”. Una vez recolectaron firmas para una enmienda constitucional. El proyecto fue interrumpido voluntariamente. Luego trataron un Referendo Consultivo. Este fue declarado inconstitucional por la Sala Electoral del TSJ.
No se dejaron amilanar. Con Súmate al frente organizaron El Firmazo. En ella, “venezolanos y extranjeros residentes en el país” (¡textual del sitio Web de Súmate!) estamparon sus firmas y datos personales solicitando exactamente lo mismo que había decretado Pedro Carmona. La solicitud fue invalidada por el CNE. “Tecnicismos legales”, expresó Súmate, a pesar que hay países donde los extranjeros ni siquiera votan.
Luego del fracaso de El Firmazo insistieron con El Reafirmazo. Al final de un accidentado proceso lograron convocar un referendo para revocar la razón de su dolor de cabeza. Este intento de vuelta atrás fue sepultado, valga la redundancia, en las urnas electorales. Otra de más de una decena de derrotas. Pero, siguen insistiendo.
Ahora la “sociedad civil” aspira llegar a la Asamblea. Que no nos quepa la menor duda que la meta es lograr lo que no pudieron con Carmona, Altamira, el paro cívico y el referendo revocatorio:
1. Desconocer a Hugo Chávez como Presidente de Venezuela.
2. Derogar las 47 leyes promulgadas con la Ley Habilitante.
3. Convocar la creación de una Asamblea Nacional Constituyente.
Resuelto el “problema”, Diego mostrará sus títulos de propiedad y Juan volverá con su “gente” a PDVSA. Solo gente “decente” llegará a la presidencia como por “pura coincidencia” sucede en las democracias verdaderas.
Feico57@att.net