¡Cualquier semejanza con la realidad, es pura coincidencia!
El Loco es quien va perdido y sin rumbo. Se trata de una criatura que parece no vivir en la realidad; una criatura a quien nadie toma en serio y que vaga de un lado a otro, aparentemente sin saber qué busca ni adónde quiere llegar. Una persona que ha perdido la razón, o sufre de locura, enfermedad, que tiene trastornadas las facultades mentales. (FUENTE: WIKIPEDIA)
Y a mi me parece que Pablo está loco, o actúa como si lo estuviera. Lo que dice siempre está fuera de foco, no tiene sustentación alguna, si bien lo expresa con vehemencia y seguridad que podría engañar a incautos. Nada más peligroso que un loco suelto. Agárrenlo.
Ha dado más brinco que salta perico, ha pertenecido a un bojote de partidos, terminando siempre su relación con fractura o división de la organización en la que militaba. Estuvo con Chávez, por supuesto que -como es su tradición- lo traicionaría, saldría a hablar de él cualquier chifladura. La última fue hace pocas horas, cuando irresponsable y olímpicamente, con esquizofrenia, contrariando todas las hipótesis policiales y científicas que se han estudiado, afirmó en un conocido programa de televisión que el cadáver del Fiscal Danilo Anderson, tristemente asesinado por enemigos de la Revolución, presenta impacto de seis balas. ¿De dónde sacó esa locura? .Y si es así como lo sabe él. Ojo Investíguese a Pablo.
Lo más grave no está allí, en las mentiras de los seis balazos, sino una afirmación mucho más grave: dijo que el Presidente de la República, el Comandante Hugo Chávez Frías, lo había mandado a matar. ¿Qué pruebas tiene de eso? Por supuesto que ninguna, no la aporto, no la aporta ni podría aportarla. Esa acusación es un exabrupto. Si Pablo estuviera cuerdo, sería un delito que se sanciona con prisión; si como parece ser está enajenado, esa sería razón para encerrarlo en un manicomio.
Pablo afirmo Asimismo, que durante el proceso de exhumación de los restos de nuestro Libertador Simon Bolívar, hubo presencia de santeros y babalaos para efectuar ritos satánicos. El mismísimo Presidente Chávez declaro que: “Consideró que están “locos” quienes dicen Ellos están bien locos”, dijo el mandatario”; y por supuesto comparto su opinión y me uno a ella.
Yo no se si a Pablo le sale cárcel, o le sale manicomio. Este Pablo definitivamente atolondrado, actuando como un pobre loco`e carretera, acaba de sostener que el Caballo del Escudo Nacional se parece a Tarek William Saab, el Gobernador de Anzoátegui. Dijo más, sostuvo que es la figura de Aristóbulo Isturiz -y no la del Negro Primero- la que muestran nuestros billetes de cinco bolívares. En los billetes de veinte no es la heroína venezolana Luisa Cáceres de Arismendi la que honra ese papel moneda, sino -según demencia de Pablo- es la figura de la senadora colombiana Piedad Córdoba. Amárrenlo.
Ese Pablo desquiciado es candidato de la oposición, aspira ser Diputado por Caracas a la Asamblea Nacional. Hay dos cosas que pueden y deben hacerse. La primera, por supuesto, es impedir con votos que ese esquizofrénico llegue a la Asamblea Nacional. Ya antes dijimos que nada más peligroso que un loco suelto, pero si ese loco tiene inmunidad parlamentaria, sería como darle una hojilla a un mono.
Lo otro que puede y debe hacerse frente las locuras de Pablo, es no dejárselas pasar. Al estudiarse la conducta de Pablo podría determinarse el delito que encierra la acusación contra el Presidente de la República, cuando sin eufemismo de ninguna clase, afirma que es un asesino, que mató al Fiscal Danilo Anderson. Lo otro es ordenarle estudios psiquiátricos por paranoia. Apuesto doble contra sencillo que el médico psiquiatra que lo estudie concluirá en la insania mental del pobre Pablo. No se si Pablo irá a la cárcel y se le enjuiciará conforme a la Ley. De lo que si estoy absolutamente seguro es de su enfermedad mental.
Una cosa es la responsabilidad de Pablo delincuente, o Pablo enfermo mental, y otra distinta la responsabilidad de quienes le dan centimetrajes en la prensa escrita, o minutos al aire en radio o televisión. Determina la legislación venezolana la corresponsabilidad de los Directivos de los medios de comunicación, y de quienes hacen uso delictual de estos, al convertirlos en tribuna de mentira, desinformación, difamación e injuria. Que se cuiden pues quienes dan tribuna a Pablo el delincuente o al loco Pablo; y como dice el viejo refrán “La culpa no es del loco sino del que le da el bastón… (¿O es del Siego?)
Desde esta trinchera de Aporrea digo al chiflado y enajenado candidato de la oposición, y vaya que oposición: Pablo, esperan por ti en el manicomio.
cesar.dorta62@gmail.com
* Municipalista y luchador social