¡Cuidado con las encuestas, muchas serían puyadas!

Sobre lo real e hipotético del futuro inmediato de Venezuela

Uno no quiere prestar mucho interés a las encuestas, porque si ellas venían desprestigiándose, lo sucedido en el proceso electoral colombiano les dio un “tate quieto”. Aquellas mediciones serias, instrumentos confiables, derivaron en simples medios propagandísticos, que ponen por encima de todo al “¿cuánto hay para eso? Pero también lo político y necesidad de derrotar al adversario o favorecer lo que los dueños de las encuestadoras desean. Es decir, las encuestas se volvieron armas que se ofertan y manipulan.

En Venezuela, predominan aquellas que operan como empresas capitalistas que trabajan para empresarios y anunciantes, con fines crematísticos y ocasionalmente para la política. Como en este país atravesamos una coyuntura donde se intenta cambiar la sociedad, lo que lleva al Estado a confrontar procederes estrictamente mercantiles, las encuestadoras se han alineado de manera determinante contra eso y particularmente el presidente Chávez. Lo que ha hecho de ellas, cuando trabajan con fines políticos, simples enunciadoras de deseos y convencionalismos opositores, más cuando se benefician de ayuda monetaria externa.

Lo que ahora han dicho, acerca de las ventajas del chavismo, lo podrían cambiar radicalmente mañana, en el momento que crean oportuno. El anuncio anterior, les sirve de fundamento para hacer creíble el posterior e impactar al electorado en los momentos finales de la campaña.

Por eso uno debe volar sin ayuda de instrumentos, al ojo por ciento y, en gran medida “a la buena de Dios”. Justamente por estar cerca de éste y conforme a sus designios, percibimos que el apoyo popular al presidente Chávez y al proceso, crece con más fuerza que lo que pudiera perder en las capas medias de la población.

La meta del gobierno bolivariano, es ganar las dos terceras partes de la Asamblea Nacional. Eso le permitiría avanzar sin limitaciones parlamentarias y menos tener que hacer concesiones a sectores opositores. De acuerdo con lo que uno puede apreciar, alcanzar ese propósito no le va resultar difícil.

Las políticas del gobierno, en dirección contraria al neoliberalismo y recetario del Fondo Monetario Internacional, como aumento de sueldos y salarios, pensiones y jubilaciones, inversión inusual en sectores educativos, salud, deporte, vivienda, alimentación, poniendo ésta a precios por debajo de la red de distribución capitalista, desmontaje de la legalidad que permitía especular con precios de viviendas, formas hipotecarias de hecho delictivas y paremos de contar, porque es larga la lista de decisiones a favor de los pobres.

No obstante lo anterior, no podemos dejar de lado lo relativo a las acciones destinadas a desmontar el latifundismo, lo que había excluido al campesino y limitado al extremo la producción agrícola. Menos el combate contra el control de la propiedad territorial urbana con fines especulativos que había dejado sin espacios a los humildes. Aunado a eso, el gobierno ha iniciado planes audaces de construcción de viviendas para quienes tienen menor capacidad de pago.

Tampoco podemos obviar la tenacidad y valentía gubernamental, sin parangón, para enfrentar a mafias del contrabando, acaparamiento y especulación. Menos la batalla contra la pobreza que hace de Venezuela país con relativa baja cifra de excluidos y alta de población en goce de servicios básicos.

Todas estas circunstancias, aunadas a la firme decisión del presidente Chávez de defender los intereses nacionales frente a nuestros enemigos de siempre, como el capital usurario internacional, ansioso de obtener buenos beneficios a costilla de nuestra propiedad y a la iniciativa de estrechar lazos de hermandad, en todos los órdenes, con países de América Latina y el Caribe, le garantizan respaldo suficiente para alcanzar su aspiración. Todo lo anterior se desarrolla dentro de un respeto absoluto a la opinión ajena, principios democráticos y derechos humanos.

De lo dicho, no obstante, se deduce que la oposición habrá de contar con una importante representación parlamentaria, correspondiente al respaldo de que goza. Que ahora no tiene por haberse negado a participar en las elecciones anteriores, por atarse a la absurda idea de tumbar al gobierno legalmente constituido.

Pero aún cuando ella logre respaldo superior al que aquí vaticinamos, es decir un poco más de una tercera parte, habría de por medio entre sus parlamentarios diferencia sustancial, honda y hasta irreconciliable, como el modelo de país que cada grupo anhela. Tanto que eluden debatir sobre ello para no fragmentarse. Pero ese momento habrá de llegarles. No será difícil que el chavismo, aún en medio de dificultades derivadas de la nueva correlación de fuerzas que pueda surgir, encuentre puntos de coincidencia con gente hoy opositora. Habría que prepararse para esa coyuntura y aprender a manejarse en situación que, pese su carácter hipotético, debe entrar en las cavilaciones.

De darse esta situación, que de antemano hemos calificado negada, el gobierno además estaría obligado a reforzar su eficacia y diligencia para afrontar los problemas. Pues, aunque nazca una correlación de fuerza en el parlamento, diferente a la que anhela y anuncian las circunstancias, el proceso debe avanzar y preparar el terreno para retomar impulso. Para eso se debe privilegiar la capacidad, eficiencia, honradez y compromiso


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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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