Desde que el Hugo Chávez apareció en las pantallas de TV, aquella mañana del 4/F-92, empezaron los mercenarios patrios y extranjeros, pagados por el imperialismo, a buscar la fórmula que les permitiera impedir que siguiera creciendo la popularidad del Por Ahora, una de ellas la ensayaron tratando de evitar que Rafael Caldera no firmara el Sobreseimiento para la libertad; de igual modo buscaron que Chávez mordiera el peine participando en las elecciones de 1993 no estando las condiciones objetivas para ganar, lo que hubiera significado quemar la esperanza antes de tiempo; para el 98, inventaron una unidad diabólica de todos los partidos y derivados de la derecha, creyendo que el pueblo caería en la trampa de las denuncias, al estilo de los años sesenta, de revolucionarios come niños, mientras el Comandante les ganaba las Presidenciales. Así, al no poder evitar detenerlo, se colean e infiltran a los quintas columnas de L. Miquilena y A. Peña, entre otros tránsfugas, en la Asamblea Constituyente.
Con Chávez como Presidente, siguió la historia conspirativa con nuevos intentos; arrecian las acciones de la derecha y sus secuaces, materializándose la alianza entre algunos pseudo izquierdistas, y que intelectuales y las cúpulas de la CTV, la Iglesia Católica y Fedecamaras, con aliados de milicos cupulares en reminiscencia fascistoide, todos juntos al compás de la embajada del imperio, se empeñan en el Golpe de Estado y el Paro Petrolero; una vez derrotados, insisten con las guarimbas y los intentos de desconocer las instituciones electorales después de saberse perdedores del Referéndum, mientras queman los cartuchos infructuosamente.
Se van al concierto internacional en procura de aislamiento a la Revolución Bolivariana y de nuevo fracasan; así han pasado parte de su tiempo político pero no les da a entender que el pueblo ahora es chavista sin conciliar, que se va a seguir resteando con el Comandante porque lo consideran la posibilidad de materializar la esperanza de emancipación humana.
Sin embargo hay algo que los antirrevolucionarios han podido mantener a su favor, reconocido por propio camarada Presidente como parte de nuestras debilidades internas, la mediática, tanto que ellos se vienen dando el lujo de mantener a un grupo importante de gente realmente disociada y de tal manera, que es capaz de creer que la revolución les va a quitar lo que no tienen y, seguro, jamás tendrán en el Capitalismo; Esa mediática desde los medios televisivos y prensa escrita, fundamentalmente, han sido capaces de llevar a sus víctimas a un estado de delirio de grandeza en el sacrificio y daño personal y económico, mientras los victimarios intelectuales lo disfrutan en sus pantallas y páginas diarias como un arma de guerra convertida en victoria táctica: La Huelga de Hambre de Franklin Brito.
Entonces, hay que preguntarle al Matacura de Globovisión, después que han proyectado hasta la saciedad como un triunfo opositor la fulana huelga, por qué él, o los otros u otras creadores de fantasmas, no aprovechan la situación de bulla mediática nacional e internacional que ha generado la muerte de Brito, en cuanto a importancia política dada por ellos, para que también se lancen en huelga de hambre. Y seguro que, con un desenlace igual, no solo serán unos héroes escuálidos que harán olvidar, además del expediente en El Salvador, sino que permitirían convertirse en la justificación más sencilla que encontrarían los gringos para venir por lo que, según ellos y sus antipatrias comprados por migajas, dicen a gritos silenciosos, su petróleo.
Así que, Matacuras, lánzate en huelga de hambre y sé un héroe, eso si, huelga indefinida hasta cuando el Comandante ya no esté en Miraflores.
Ahora, tengan seguro que los chavistas divulgaremos ese episodio heroico por todos nuestros medios, llamando a nuestra militancia a estar pendiente del desenlace.
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