Los padres de Kiki Aranguren habían salido en una caravana a celebrar que “los oligarcas estamos volviendo al poder”: Y cuando Kiki se encontró sola en la Quinta “El paro se nos fue de las manos”, decidió llamar a su novio Ramón González, quien era un patrullero del PSUV que vivía en el barrio El Observatorio, en el 23 de Enero. “Vente pronto, Ramón, que mis padres salieron a celebrar una derrota que quieren convertir en triunfo”.
Ramón se presentó a la quinta y en el mismo momento en que entró, Kiki Aranguren se le fue encima y le dijo: “Exprópiame, Ramón. Invádeme. Saquéame”. Ramón la abrazó y después la cargó en sus brazos y la llevó hasta el cuarto y la fue desvistiendo lentamente mientras Kiki sudaba ansiosa. “Viola mi soberanía, Ramón, que es toda tuya”.
Mientra tanto, en la Quinta “Prohibido olvidar”, Jean Brillembourg conversaba por teléfono con su amigo Harold Salvatierra, y “te digo una vaina, Harold, yo no sé porqué tengo la sensación de que nos volvieron a joder, sobre todo Ramos Allup, que anda echo unas pascuas con sus 23 analfabetos que metió en la Asamblea”. “Lo importante es que tenemos gente allí, amigo Jean, son unos delincuentes pero son nuestros delincuentes, y ahora hay que salir adelante, por cierto, yo creo que ya Kathy se ha dado cuenta de que cada vez que ves a Kiki te babeas, y la verdad es que la tipa está que yo también soy capaz de pegarle cachos a mi esposa, porque esa Kiki tiene un cuerpazo de desfile”. “Te confieso, Harold, que una vez me cansé de rogarle que se acostara conmigo, pero ¿sabes qué me dijo?, que ahora le era fiel a su chavista del 23 de Enero y estaba en una de conciliación de clase, y que me olvidara, y eso me tiene más empepao ahora, sobre todo envidiando al marginal ese que seguro se está acostando con ella y se lo está contando a todo el barrio, porque así son los marginales, cuando se acuestan con una de las nuestras, salen corriendo a decirlo a todo el mundo”.
Y tenía razón Jean, Kiki Aranguren gemía de placer debajo del cuerpo de Ramón González, el chavista más envidiado en el barrio El Observatorio. Se estremecía Kiki, aullaba Kiki, sentía que “Así, Ramón, así, mátame, Ramón”.
En la quinta “Prohibido Olvidar”, Jean Brillembourg termina de hablar con su amigo Harold Salvatierra, y se sienta a pensar, entonces decide llamar a Kiki. Ella contesta, todavía jadeando, y él le pregunta “¿Qué te pasa?” “Que por primera vez sé lo que es hacer el amor, dile a Kathy que no pierda el tiempo contigo y se entregue a un chavista marginal para que sepa lo que es bueno”.
En el cuarto vecino Kathy escuchaba la conversación.
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