Después de la llamada Ramos Allup pensó si mejor no inventaba una vaina rara y se iba solo para la embajada y así embarcaba una vez más a los “pendejos estos, aunque viéndolo bien, es mejor ir con ellos, porque todavía vienen muchas batallas y hay que contar con unos cuantos tontos útiles”. Y luego decidió llamar a Omar Barboza, y a Enrique Mendoza y a Julio Borges, quien pregunto “¿el embajador va a estar allí?”, y Ramos Allup riendo le dijo: “No seas bolsa, Julio, tú sabes que el embajador es Palmer, pero Chávez no le ha aprobado el placet, vete aprendiendo que si te escuchan los chavistas sales todos los días en el canal ocho repitiendo esa bolsería”.
A las siete de la noche empezaron a llegar los representantes de la Mesa de la Unidad Democrática a la embajada de Estados Unidos. Allí, en la puerta, estaban María Corina Machado, Teodoro Petkoff y el encargado de negocio de la embajada. Cuando Ramos Allup vio a Petkoff le dijo: “Caramba, lo de María Corina no me asombra, porque ella está prácticamente encargada de la embajada, pero que estés tú aquí, Teodoro, si me sombra, porque eso no es un salto de talanquera, es salto de garrocha”. Ja,ja, ja, Henry, tú siempre jodiendo, pasa y toma asiento, chico”.
María Corina, Teodoro Petkoff y el encargado de negocios llevaron a los invitados hasta la sala de reuniones de la embajada y “antes de empezar es bueno que reciban un saludo de nuestro embajador en ausencia, el Dr. Palmer, quien por video conferencia nos dará unas palabras”, dijo María Corina y encendió una pantalla gigante donde al momento apareció el embajador dándole la bienvenida a los invitados y “yo no tengo que decirles lo que tienen que hacer, imagino que ya ustedes lo saben, y disfruten de nuestra casa en Venezuela”. Todos se pusieron de pie y dieron las gracias al embajador y se despidieron de la manera más glamurosa.
El encargado de negocios tomó la palabra y dijo que “aquí lo que queremos es asegurar el compromiso que tenemos. Se ha invertido mucho dinero y es bueno que se comiencen a ver los resultados.” Julio Borges lo interrumpió y “no se preocupe, le puede decir a mi presidente Obama que haremos todo lo que esté a nuestro alcance para salir del tirano”, Ramos Allup interrumpió a Borges, y “cálmate Julio, la cosa no es para tanto, no creas que te van a pedir los reales que te dieron, espera que el compañero termine de hablar”. Y el encargado de negocios continuo: “Es bueno que sepan que los estamos ayudando pero que ya hemos ayudado demasiado, aunque para nosotros nunca es demasiado cuando se trata de imponer la democracia”.
Al final, Julio Borges dijo: Estuvo bien bueno este encuentro cercano con el tipo que más nos conviene.
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