Al final de cuentas, parece que nos ha caído simpático y de maravilla la llegada de la oposición a la Asamblea Nacional. En consecuencia, debemos reconocer lo puntual y certero de la “filosofía” popular, cuando nos comunica que “no hay mal que por bien no venga”. Se ha estado viendo (¡y en cadena!) el desempeño de la oposición y en verdad, hay elementos y datos para confirmar que este mal, debe producirnos un bien, siempre y cuando nuestra bancada maneje la situación con inteligencia y sin caer en las provocaciones que la oposición colocará para imponer con la manipulación su particular manera de generar la violencia y no dejarse ver como violentos.
Tienen que insistir en una de sus matrices en la cual se dejan ver como unos angelitos. No dieron golpe, nunca torturaron, nunca mataron, no existió el Cuartel San Carlos en Caracas, nadie dijo eso de “disparen y averigüen después”, no dejaron una pobreza profunda en Venezuela y sus medios de comunicación no son centros de enseñanza para promover la violencia.
Ha sido interesante su presencia porque entre otras cosas, se nos da dado la oportunidad de confirmar la particular manera de decir, reclamar, pedir y recibir de la oposición. Su formato no ha variado en nada; la diferencia está en este caso, en el momento y el lugar, pero continúan repitiendo incesantemente cada uno de los elementos de sus respectivas matrices de opinión. Dicen que en la Venezuela de hoy, la pobreza se ha generalizado y no le importa para nada que organismos internacionales les refrieguen en la cara la mentira que montan.
Niegan la absoluta libertad de expresión que existe en el país, pero dicen cualquier cantidad de cosas. Por mucho menos de los que ellos han dicho, escrito y hecho, en la Venezuela de ayer (1960-1990) se torturo, se encarceló, se desapareció y por un cupo en la universidad más de un joven quedó tirado en la calle. Vender Qué Hacer[i] en la década de los setentas fuera del recinto Universidad Central de Venezuela era un tremendo riesgo.
Vamos observando su naturaleza que se materializa en el doble discurso, en la inmoralidad y en la miseria. En la Asamblea Nacional no tienen el camuflaje que le ofrecen los medios. Insisten en la regaladera del dinero y seguramente cuando toque el turno al gabinete económico, notaremos esta particular forma de reclamar. Pero en este terreno de la supuesta regaladera, es donde probablemente se nos ofrezca la oportunidad de ver la miseria que llevan por dentro y por fuera. Según su manera de decir y reclamar, regalamos el petróleo, regalamos dinero en efectivo y Venezuela construye vías en otros países. Así alimentan su miserable forma de ser.
En este punto hay por supuesto un mundo de diferencia. Los convenios petroleros con el caribe están ahí y desde nuestros puertos y desde los puertos de los países recetores que participan en estos convenios, pueden verse los buques que salen y llegan. El cable submarino de fibra óptica que va a cuba y Jamaica su colocación está siendo visible y sus costos pueden ser calculados. Todo este esfuerzo de integración y solidaridad puede contabilizarse y de esta contabilización extraer conclusiones claras y transparentes. Son convenios y acuerdos para fortalecer la integración y no tienen como objetivo generar desestabilización política. Así pues, que esta particular manera de decir y reclamar una supuesta regaladera, es simplemente parte de su miserable naturaleza.
Su pedir y recibir es también una manera de captar esta naturaleza. Piden y reciben grandes sumas de dólares, que son dados para propósitos bastardos, pero de esas inmensas cantidades de dólares nadie tiene derecho a enterarse, aunque se tiene claro por qué y para qué reciben esas grandes sumas. Los regalos que piden y reciben en millones de dólares, es también parte de su ser miserable. Su propósito es la de servir (ser serviles) a los intereses de una potencia que no ha tenido escrúpulos para matar, invadir, imponer y mantener dictaduras y hacer de la cultura de la muerte su razón de ser.
. La oposición con su decir y reclamar le huyen a la historia hacia delante, pero la historia la espera en la bajadita.
evaristomarcano@cantv.net
[i] ¿Qué Hacer? era el medio informativo del los Comités de Luchas Populares (CLP) que para esa época era el brazo legal de Bandera Roja, que hoy es una bandera blanca