¿ Adonde vas huelga ?

Rescatable y concreto: solo una oferta de realizar una mesa de dialogo sobre algunas situaciones que ameriten discusión. ¿ Que se excluyó ¿, discutir sobre personas juzgadas y sentenciadas, menos si ellos estaban implicados en asesinatos. Aceptar esta solicitud de los asesores de los huelguistas sería a sencillamente una afrenta a los derechos de los humanos. ¿Como incluir entre esos casos a los imponderables, Simonovis, Forero, Vivas  o para colmo del horror a los asesinos de Danilo Anderson. Como defender los casos de acusados del latrocinio bancario, el desfalco inmobiliario, el asalto a mano armada en las casas de bolsas, el robo a los ahorristas soporte de aguantadores y revendedores de autos. 

¿En que terminó el escenario del espectáculo huelgario ¿, en triste e improvisado teatro de traslucidas imágenes a quienes sistemáticamente mirábamos en posición fetal y huelgaria, que mientras se miraban el ombligo rumiaban su angustia manipulando frenéticamente ese demoníaco sistema de contactos llamado  twiter.

Es lastimoso decirlo, pero, se sabe por obvio que la motivación que llevó a muchos a ese teatrino no pudo ser otra que tenerla como único camino posible de la búsqueda de una ilusión de “tres minutos de fama”. Procesión a Santiago para cumplir con los canones de la efímera y banal frivolidad que obnubila y condena cada una de sus acciones. 

Quién duda del efecto y significado de una huelga de hambre, ¿pero, como comparar esta endeble e impropia imitación cebada  con mediática y show con aquellas memorables y muy nobles compromisos de Gandhi cuando estaba dispuesta a quebrar su cuerpo y su alma para lograr que su país  recibiera derechos a un humano y respetable tratamiento como Republica independiente. Mas digno, serio y plausible,  imposible. 

Como contraponer este ejercicio de titiriteros, destacado solo por abundancia de deleznables discursos fatuos, de gente que, sabemos jamás se ha comprometido a nada. En esta oportunidad los mas fantoches hacían cola en la larga fila de las “notabilidades” que gritaban su apoyo en TV, a la intención “libertaria y democrática” de los jóvenes en huelga. A estos bufones, nunca, nunca se les verá exponiendo su humanidad en ninguna acción, menos si esta compromete su ingesta. 

Por lo tanto como medir esta fantasiosa sorna con esa mole de dignidad y fortaleza que destilaba la honrosa dignidad de ese otro líder que hizo de la huelga de hambre un ejercicio a la firmeza, el insobornable Boby Sands. Sepamos que durante sus huelgas  de 1981 su firmeza llevó a la muerte a 10 prisioneros republicanos – 7 del PIRA y 3 del INLA- , recordemos con respeto que el primero en morir fue Sands, que además ya había sido elegido miembro al Parlamento durante su huelga.

Lamentablemente este acto frente a la sede de esa poco respetable madame que es la OEA, no pudo tener sino lamentables, tristes consecuencia, no por los jóvenes huelguistas, - a quienes debemos consideración- sino para aquellos  irresponsables de siempre que los empaquetaron de nuevo, colocándolos en la calle y metiéndolos en un zanjón, adonde su joven honestidad se ve corrompida por las trácalas e insensateces de sus infelices lideres. Que a no dudar,  son siempre los mismos, recordado que fueron quienes  y hoy repiten, los mandaron a calentar la calle antes de las elecciones y luego les robaron sus curules. Hoy es anécdota que anima dolor. 

¿Qué tenemos al final ¿, una huelga interrumpida abruptamente, derrotada, sin logros aceptables, por qué quienes la improvisaron y financiaron y animaron, televisaron y nunca participaron de ella, solo la usufructuaron, y cosecharon pantalla, como siempre.

No hubo nada notable o de real envergadura.  Nada que pusiera en jaque la estabilidad politica.

Esta última comedia, dirigida al exaltar el hambre como fin también se acabó, fue casi un acontecimiento que por insensato pareciera no  haber tenido lugar. Lo que si quedó, en este caso y como siempre, fue un fárrago de discursos a cual mas inane, uno que otro mas un sin numero  de imágenes entristecidas, que como cosa evidente, dejaron lastimosa huella.  

Terrible eso de tener plena inconciencia de que a quienes expusieron, -los jóvenes-, solo tenían para manejar, un arma fatal: su propia muerte.

Sería un verdadero espectáculo político y real novedad que la próxima huelga de hambre sean sus tutores de barra y caña quienes comparezcan y en vez de botellas de etiqueta negra se disparen un incoloro  suero. 
 
 tuliom@cantv.net
 
 


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Tulio Monsalve


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