La jauría no se rinde

Los éxitos, de las políticas de la revolución bolivariana en todos los ámbitos que han catapultado a la República Bolivariana de Venezuela , en el campo internacional, como país donde se construye una nueva sociedad y se lucha por un nuevo ordenamiento mundial que permita avanzar por senderos de amor, de paz y de responsabilidad para la salvación del planeta y de la especie humana, es demasiado para la tolerancia de la jauría de “Cachorros del Pentágono”, que hambrienta vaga por los diferentes continentes y en el territorio nacional.

Es así como hemos sido testigos de los sainetes montados por vagos asalariados de la derecha internacional y manejados por los titiriteros de la Casa Blanca y el Pentágono, en la sede de la OEA en Caracas y en algunos estados del país, forzando la impunidad para poner en la calle a n peligrosos criminales, que han sido sentenciados por los tribunales venezolanos por horrendos crímenes que solo tienen cabida en las mentes retorcidas de sujetos formados para matar.

Estos asesinos están muy lejos de ser presos de conciencia, porque han sido juzgados con todas las garantías como en el casos de los homicidas materiales del fiscal del Ministerio Público Danilo Anderson a quien volaron con su camioneta, los tres comisarios responsables de la masacre realizada los días 11 y 12 de abril por la Policía Metropolitana, en el marco del golpe de Estado de 2002, cuando atacaron a tiros con armas de guerra a manifestantes indefensos. El homicida intelectual del agente de Inteligencia Militar Claudio Enrique Macías Briceño, a quien por orden de un sujeto apodado Mazzuco, fue golpeado por pandilleros, hasta destrozarle la columna vertebral y otros órganos vitales, para evitar que revelara irregularidades que había observado en la policía del opositor gobierno del Estado Zulia y en la cual el hoy sentenciado Mazuco, era jefe de comando.

Otros que han sido inhabilitados por la Contraloría General de la República, por saqueadores de la cosa pública también andan lamiendo botas en el norte, para que a través de los serviles que la Casa Blanca tiene en los diferentes órganos internacionales, creados a su medida luego de la II Guerra Mundial, se emitan juicios condenatorios, contra el gobierno bolivariano y su líder Comandante Hugo Rafael Chávez Frías.

En esa dinámica vemos como el insulso presidente de una moribunda e insulsa Organización de Estados Americanos, sale vaticinando de manera velada una guerra civil para Venezuela en el 2012 y de manera hipócrita y grosera mostrando preocupación por lo que hacemos los venezolanos como pueblo libre y soberano. Que se preocupe y ocupe de lo que está haciendo en su país el gobierno dinosaurio al servicio del imperio que reprime de manera infame y brutal a los hermanos Mapuche, auténticos dueños de aquel austral territorio. Que se ocupe de la miseria galopante que cada día maltrata al bravo pueblo de Salvador Allende, como consecuencia del derechista gobierno, que solo responde a intereses foráneos.

Así, señor Insulso, de nuestros problemas nos ocupamos nosotros que hace doce años decidimos construir las anchas alamedas que soñó el camarada presidente Allende, por donde caminan los hombres y las mujeres libres.

Nosotros si tuvimos presos de conciencia durante los gobiernos de la IV República, donde parlamentarios, estudiantes, campesinos, obreros y amas de casa, sin importar condición alguna, eran sacados a la media noche de sus hogares y encarcelados o desaparecidos por orden presidencial.

Quien puede olvidar los famosos juicios militares en la IV República, donde a los líderes civiles se les pasaba a la jurisdicción militar para negarle todos sus derechos y sin alternativa ser sentenciado a30 años por rebelión. Quien puede olvidar aquella tristemente célebre orden de Rómulo Betancourt, como presidente y Carlos Andrés Pérez, como Ministro del Interior, de: dispare primero y averigüe después, que tantas vidas jóvenes tronchó en las calles de las ciudades venezolanas. La Operación Vanguardia del primer gobierno de Rafael Caldera, célebre por la matanza en una pensión de Valencia. La horrenda muerte del joven revolucionario Jorge ·Carorita·” Rodríguez, torturado hasta la muerte, en los sótanos del Palacio de Miraflores, durante el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez. La puesta en boga de la modalidad de las desapariciones forzosas, durante el gobierno de Raúl Leoni, el “Presidente Bueno”, como le llamaron sus aduladores. Esta creación venezolana, fue adoptada después por los dictadores del Cono Sur, con su célebre Caravana de la Muerte. La masacre del Caño La Colorada, La Masacre de Cantaura y otros tantos horrores, cometidos por los gobiernos de quienes hoy desde la Asamblea Nacional se rasgan las vestiduras en defensa de los derechos humanos y la democracia pero que el pueblo los tiene bien identificados y vigilados, porque sabemos que ellos son parte de esa jauría que no se rinde.

Periodista

cd2620@gmail.com. Cadiz2021@yahoo.es


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Cástor Díaz

Periodista CNP 2414

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