Recientemente la vi “declarando” y reclamando que el proceso de “igualación” social debía ser hacia arriba y no hacia abajo como ella suponía que hacía el gobierno. Este reclamo es una demostración sobre los pocos días de su juventud que pasó en Venezuela, su falta de conocimiento de la realidad venezolana y su falta de lectura sobre lo que el gobierno ha propuesto.
Toda la época de Gobierno de la IV República y toda la historia del siglo XX, la lógica fue una concentración de la riqueza y ni en eso los gobiernos de la IV Republica lograron un buen desempeño. Concentrar riqueza como lógica, producía que cada vez menos familias “absorbían” o se apropiaban de la renta petrolera. Ella misma es una expresión de esa situación y por eso le pareció asqueroso un beso de una mujer del barrio porque esa condición de sentirse amo del valle, lleva consigo una idea o concepto de los que no son parte de ese pequeño porcentaje que han estado apropiándose de la renta petrolera.
La política del gobierno no tiene nada que ver con el manejo que Corina Machado le ofrece al proceso de “igualación” hacia abajo, que puede ser entendida sólo como una manera de operativizar su política del medio. En los documentos oficiales no se dice, ni hay un proyecto particular que diga que la política del gobierno pretende colocarnos a todos como pobres. La política que efectivamente ha desarrollando el gobierno (haciendo uso de la renta petrolera) a corto plazo es disminuir la pobreza y más a largo plazo, su objetivo es erradicarla. La “igualación” de Corina Machado no es entonces fabricar una sociedad de pobres que ellos precisamente profundizaron con la pobreza crítica que dejaron y que a Corina Machado nunca le llamó la atención.
El índice de GINE nos comunica que Venezuela desde 1999 viene siendo una sociedad más igualitaria, pero no precisamente porque la sociedad se haya llenado de pobres, sino porque con el uso de la renta petrolera, los venezolanos que antes vivían en medio de la pobreza crítica tienen una opción de vida. Por supuesto, que ese proceso de construir una sociedad de iguales tiene para el 20% de los ricos que se apropian del 80% de la riqueza nacional, sus consecuencias. Se trata que en esta distribución de la renta, el Estado no se comporte a favor de la clase que más tiene y que más se ha aprovechado de los recursos que son en teoría de todos los venezolanos.
No es que las pocas familias que han acumulados sus riquezas lo hayan hecho a expensas del Estado. Parte importante de esas fortunas se han canalizado y acumulado con “favores” del Estado a través de las conexiones que estas familias lograron establecer con los partidos que durante todo ese período fueron gobierno. Estas conexiones permitieron contratos, créditos y negocios que dieron como resultado, de un lado unas pocas familias muy ricas y otras (más del 80%) con niveles de pobreza que tocaban la pobreza crítica.
Construir una sociedad más igualitaria implica cambiar el perfil del Estado, pero por ahora, lo logros en la disminución de la desigualdad se explican más por la disposición de distribuir mejor la rentas y bajo ese esquema los ricos pueden seguir siendo ricos, siempre y cuando esa riqueza no se construya estafando, especulando, aprovechándose del Estado y fortaleciendo sus oligopolios para controlar de una mejor manera sus niveles de ganancias.
La igualación hacia arriba no la hicieron y Corina Machado es una fiel expresión de esa política. Igualaron hacia abajo porque efectivamente fabricaron una sociedad de pobres. Ahora se trata, que la pobreza crítica que dejaron tenga la opción de salir de ese hueco, en cuya excavación contribuyó mucho la familia de Corina Machado. Su familia contribuyó a dejar al 49,0% de los hogares en pobreza y de ese total, 21,0% estaban en pobreza crítica. Los hogares en condiciones de pobreza crítica para mencionar la realidad más cruda, está en un 7,1%. Hay menos hogares metido en ese hueco de la pobreza.