Con los adecos se vivía mejor

La magnificación del recuerdo y la falta de valorización del compromiso de lucha en una clase acostumbrada a ser asistida,  es la trampa que monta Datanálisis.

Acostumbrado a la mendicidad, un notable porcentaje de nuestra población que vivió la cuarta república, puede estar sufriendo de la abstinencia que le hace magnificar políticas que jamás resolvieron sus problemas, se repite la memoria lumpen, de una población acostumbrada a cambiar su voto electoral por el favor de entregarlo a quien inmediatamente lo olvida y lo adormece con ofertas demagógicas. 

El daño que produjo en nuestra Venezuela el saqueo oligarca deja huellas en la memoria conductual de la población que aun sigue viviendo en malas condiciones, aquel circo de la demagogia hoy cobija debajo de su carpa a quienes no están dispuestos a mover un dedo para que nada cambie, a quienes pretenden recibir beneficios a cambio de nada, o de un miserable voto para empoltronar nuevamente a la clase oligarca. De seguir siendo esclavo para mendigar indulgencias, es la mala creencia de que cambiando de presidente se recibirá la gloria de cambiar de clase social, la misma con la que por cuarenta años se nos sometió. 

Ante las próximas elecciones, ya puedo avizorar las estrategias de la oposición. Cuando veo al dueño de Datanálisis, ofreciendo resultados desfavorables a la clase a la que siempre ha servido, entiendo que tratan de crear la matriz de la victoria, para desestimular el compromiso de las clases desfavorecidas, para menguar la fuerza necesaria para lograr la victoria. Esa estrategia se usó en las últimas elecciones parlamentarias. El mismo dueño de Datanálisis ofreció declaraciones en las que la oposición saldría realmente destruida y golpeada. Para nada, es una forma de anestesiar un porcentaje popular aun no comprometido, a la clase trabajadora que aun espera respuestas mesiánicas. 

Aprovechar el desgaste que produce una misma línea de mandos, para ofertar el cambio de forma disimulada, es una estrategia que veremos muy de cerca en las próximas elecciones, hasta la fecha escogida para decidir sobre el candidato de la oposición, Enero o Febrero del 2.012, es parte de este mismo enjambre de manipulaciones. Ellos ya saben que no podrán vencer con discursos políticos o con ofertas que atrapen incautos, apuestan al camino de la desinformación que acompañado con estrategias de desestabilización desde el extranjero en las fechas próximas a las elecciones, desconcierten a un margen importante de los votantes. 

La desesperación es parte de su equipaje, que pretendan jugar sucio no implica ninguna victoria, pero debe ser un alerta para nuestras fuerzas. La necesaria desconfianza en nuestras filas deberá insistir en la participación, en la necesidad de derrotar de forma contundente las efímeras fuerzas del pasado. Quedan vivas muchas personas que en su juventud, fueron militantes de algunas de las fuerzas entre las que se decidía en la cuarta república, en la que sin importar quien ganara, el venezolano se acostumbró a votar por un ganador. Se pretende revivir esta conducta, se tratará de atacar internacionalmente a Chávez para desencantar a segmentos que lo apoyan sin mucha conciencia de lucha de clases. 

Es excelente el trabajo que se realiza en la construcción de la memoria histórica, pero debemos asumir esta batalla que comienza, con la convicción clara acerca de la realidad de los números en los porcentajes, existe una parte de nuestra Venezuela, que no ha entendido o asumido el proyecto bolivariano,  que duda ante nuestra falla en la lucha contra la corrupción, ante nuestra incapacidad de hacerle llegar los  beneficios que prometemos, allí es donde debemos apuntar, no podremos estar haciendo nuestro esfuerzo de forma correcta si nos dejamos engañar con un supuesto derrotismo de la oposición que se usará para generar en la masa una respuesta supuestamente “espontánea” que se abandere del cansancio y la frustración ante una revolución que no le da nada y de la que tratarán de separarlo. 

Avanzar en esta lucha es refrescar la memoria con datos, con cifras, con testimonios, de lo que fue la salud en aquellos años en que los venezolanos se morían en la puerta de un hospital sino tenía una tarjeta de crédito que cubriera su atención, de lo que era Venezuela y sus universidades a las que era imposible que nuestros hijos pudieran encontrar un cupo, en la que la represión policial llenaba de sangre cada esquina con la impunidad por delante. 

Hay que asumir esta batalla electoral con la conciencia clara de que debemos derrotar la posición de clase lumpen que se pretende activar por los medios de la maquinaria opositora, pidan al estado para que vean que Chávez no les da lo que promete. Mucho cuidado con esto, debemos explicar a cada cuadro que se debe aclarar a todas y todos lo que ha sucedido en nuestra patria. 

Construir la nueva sociedad nos llevará más años en el camino democrático. Hoy vemos a Cuba, que toma las banderas del futuro en sus generaciones hijas de años en los que nuestro maestro Fidel, garantizó una conciencia verdaderamente socialista. Hoy, después de 50 años se da un paso, un salto adelante, que está asegurado por el trabajo ideológico de décadas. Eso hay que hacerlo en nuestro pueblo, acostumbrado a la fiesta, al no compromiso, a la regalía. 

Estamos a tiempo para derrotarlos, pero con la conciencia de lucha por delante, con la importancia de no caer en las trampas imperiales, nadie podrá decirnos que se teje para desestabilizar la patria en los últimos meses antes de las elecciones, pero si debemos saber que es la hora de difundir y proclamar la conciencia popular, el compromiso de los desposeídos para no perder nunca esta marcha hacia la Venezuela nueva. 

brachoraul@gmail.com

Con los adecos o copeyanos, jamás se vivió mejor que en el peor día de la revolución. 

Venceremos.



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Raúl Bracho.


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