Cinthya Machado Zuloaga abre su boquita de chocolate que tiene y dice: “El papelón de los diputados que nos representan en la Asamblea Nacional no tiene perdón de nadie. Cuando se trata de asumir algo contra Estados Unidos no saben qué hacer. Parece que nadie les había dicho nada. Desde la embajada no les pasaron la línea. O a la mejor se lo dijeron a Ramos Allup y no quiso decirle nada a nadie. En fin, con esa sanción a PDVSA de parte del gobierno de Obama, nuestros diputados mostraron su incapacidad política y lo poco que quieren a este país”.
El mesonero se acerca con la botellita de agua Evian y el café negro. Los coloca sobre la mesa y le dice a Cinthya: “¿Me permite tomarle una película conmigo? Ella dice que sí. El mesonero me da a mi el celular y me dice: “Toma, marginal. Sólo tienes que apretar aquí y esperar un momento”. Se coloca al lado de Cinthya y ella se va más bella que siempre. Le doy el celular y dice: “Qué bomba me voy a dar esta noche cuando muestre esta filmación y me vean al lado de la mujer más linda del mundo. Voy a ser el hombre más envidiado del barrio El Observatorio”.
Y ella sigue diciendo: “Es que tú ves a Ismael García y a Andrés Velásquez y aquello es una pena de medio luto que avergüenza. Y el tal Julio Montoya. Y Omar Barboza. Y en fin, que sólo faltó que les pusieran el sellito ese que dice: Made in USA. Ahora todos saben a quién pertenecen y a quién defienden. Mi viejo anda que no lo puede creer. “Aunque sea por vergüenza uno tiene que defender a PDVSA, que aunque uno no lo quiera, es Venezuela”. Decía mi viejo una noche de copas y palabras”.
Toma agua y vuelve. “Y Teodorito escribió un editorial diciendo lo que decía cuando era de izquierda, que si la política imperial, y que siguen imponiendo sanciones violando las soberanías de los países. Y después dice, como para que no vayan a creer que saltó la talanquera, que esto no es aval para que crean que estoy apoyando este gobierno de corruptos e improvisados. En fin, que sigue dando lástima y pena ajena”.
Cinthya se pone de pie y su belleza alumbra por completo el Centro San Ignacio, y dice: “Sí, hay que colocarles el sellito que dice: Made in Usa”.
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