En España ya desde hace más de un mes que los jóvenes se indignaron con un modelo de país y proyecto económico que va con la razón de existir y vivir de nuestras manitas y nalguitas blancas. En España, su proyecto elitista y de exclusión les complica la vida a jóvenes y adultos y solidarizarse con Rodríguez Zapatero y con los líderes del Partido Popular sería un autosuicidio, tal y como lo expresó ese otro filósofo nuestro que ahora se encuentra en condición de cadáver insepulto. No pueden solidarizarse con el PSOE y el PP y les corresponde tomarse un receso, porque está en juego su modelo que se sustenta en la exclusión y privatización.
En Chile, los jóvenes chilenos están movilizados por una razón muy distinta a las razones que movilizan a las manitas y nalguitas blancas de aquí. Nuestras nalguitas blancas luchan a brazo partido para que la educación se privatice y las universidades públicas y privadas se conviertan en servicios exclusivos para los ricos y algunos miembros de la clase media. En cambio que allá en Chile; los jóvenes se encuentran en las calles reclamando más educación pública porque desde la llegada de Pinochet al poder a través de un golpe de Estado; la educación prácticamente se privatizo y para ello se adoptó una medida de subevención a colegios que contribuyó fuertemente con ese proceso de privatización. Está política de subvención fue una de las orientaciones impuestas por el FMI y el Banco Mundial en la década de los ochentas y produjo la situación que actualmente se confronta en Chile y tiene a los jóvenes movilizados
Si nos guiamos por una información aparecida en la Jornada de México, el modelo educativo chileno se resume en lo siguiente:
“En Chile hay cerca de un millón de universitarios, de los que 80 por ciento estudia en instituciones privadas creadas durante la dictadura militar, a partir de 1981. Así, tanto para escolares como para universitarios, los aranceles son altos y los créditos para pagarlos conllevan altos intereses (…..) De acuerdo con estadísticas oficiales, solamente uno de cada seis jóvenes pobres tiene acceso a la educación superior chilena, pero la relación sube a seis de 10 en los hogares más ricos” (Subrayado nuestro)
Este es el rango básico del Modelo educativo chileno que nuestras manitas y nalguitas blancas añoran. Por eso su bajo perfil y no esperemos una solidaridad con Piñeira de parte de estos mamitas, porque no son muy francos y prematuramente se volvieron hipócritas.