Uno ya está en el umbral de la vida, esto no indica que podamos saber todo, pero la experiencia más o menos bien administrada, llevada en agendas de la vida, hacer retrospectivas o comenzar a evocar recuerdos, historias contadas por nuestros antecesores, nuestros padres, abuelos y tíos, avalan una moderada investigación empírico-deductiva y quizás viceversa, más fundamento hay, si nos hemos tomado la preocupación por observar el correr del tiempo, deteniéndonos en sólo unas tres referencias: políticas, sociales y religiosas. Desde esta óptica pudiéramos multiplicar o extraer muchos factores que envuelven la vida humana en su cotidianidad, pero ya esto ameritaría unos cuantos tomos de un libro, y con toda seguridad que ya están escritos por tantos filósofos, sociólogos, psicólogos, teólogos, juristas, educadores, historiadores, pensadores, humanistas y políticos de avanzada ideológica, todos estos contra el pensamiento único, conservador y hegemónico; claro también estos mantienen con más fuerza la difusión de sus ideas conservadoras por contar con la Industria Cultural a su favor.
Sin más rodeos vamos al grano, hablemos de lo que a diario oímos, vemos y atestiguamos en la vida cotidiana, es decir en nuestro medio ambiente físico y social, los mercados, abastos, supermercados, reuniones sociales y familiares, clínicas, universidades, conversaciones en pequeños o grandes grupos, antes de la misa, durante el desarrollo de esta, si el Cura es politiquero y fanático, después de los oficios religiosos, en las colas de bancos, CANTV, pago de los servicios públicos, es decir, un CACAREAR Y CACAREAR, incansable, persistente, penetrante, subliminal, con motivación, político-religioso muchas veces, propaganda de intriga, mezclan corrientes ideológicas, despotrican del comunismo, es el argumento más destacado, es el caballito de pelea, para atemorizar, es el cacareado peregrinar para remontarse a la mitología, a las casas celestes, a lo divino, a los peligros de un régimen comunistoide, todo son patrañas y lo ya trillado desde hace algo más de siglo y medio, el coco, el diablo, el que arrebata los hijos y despoja a los ricos de sus capitales. El cuentico de toda la vida, recordamos cuando muchachos los pecados mortales o veniales, que cometíamos, todo el que aupara la ideología comunista o cualquier corriente de izquierda, pudimos ser testigos de esos desmanes. ¿Y de dónde provinieron semejantes amenazas y temores? Muy sencilla la respuesta: desde los púlpitos religiosos y desde las rémoras europeas entremezcladas con el imperialismo norteamericano, que desarrollaron todas las técnicas propagandísticas, publicitarias y los famosos mass-media, hoy llamados poder mediático al servicio de la ideología dominante, y la falsa conciencia, que toca los sentimientos de grandes segmentos sensibles al coco del comunismo, ahora modernamente también con el agregado de terrorismo, para justificar el exterminio de toda ideología de avanzada revolucionaria y a favor de las mayorías excluidas.
El CACAREAR Y CACAREAR, reúne la quejadera constante de los llamados escuálidos: se les escucha con lamentaciones y gestos un tanto dramáticos, en los diferentes sitios ya mencionados. Compran en los mercales o pedevales, bicentenarios, utilizan los servicios de las misiones que les favorece, aprovechan un par de lentes de la Misión Milagro, luego compran el estuche GUESS, para fanfarronear que usan lentes de marca, esto me ubica por allá a la década del sesenta, en San Francisco de Asís, Edo. Aragua, un Profesor que nos daba una clase de Sociología y Antropología, el Chéguere, trujillano él, decía: Nos están metiendo la fanfarronería, la echonería venezolana, pero importada y vendida por la televisión y los medios, un ciudadano que compra cigarrillos Capitolio, real y medio, creo costaba, y los mete en el empaque de Vicerroy, usa camisa con bolsillo claro para alardear que fuma ¨Clase Aparte¨, el comercial que el gran animador Renny Ottolina le hacía a esta marca, que por supuesto dos bolívares que costaba era status, daba caché….
Volvamos a lo que a diario vemos, palpamos, muchas veces no resistimos y damos respuestas a estos que viven en constantes lamentos: van a los médicos cubanos, a los CDI, a los hospitales del SSO, a los hospitales militares, que por cierto antes de la Revolución se reservaban sólo para quienes eran afiliados, ahora puertas abiertas y por lo menos brindan primeros auxilios, y los hospitales públicos en manos de gobiernos regionales no funcionan, ya el gobierno Nacional debería haberlos rescatado, por cierto los dota y al tiempo todo desaparece o deteriora por la desidia y la maldad politiquera. Van al Bicentenario y lanzan sus dudas, los precios están igual a los supermercados privados, pero echan al carrito el doble o el triple, es decir si se pueden llevar 6 litros de aceite, se los llevan, y en las zonas fronterizas, lo hacen para comerciarlos a mejores precios, es decir su conciencia no es patria, porque los productos subsidiados del pueblo los escasean para justificar luego sus críticas y quejaderas.
El país se está hundiendo, ¡hay cómo está esto! Exclaman, qué situación, nunca vista antes, y resulta que no conocen la historia ni hurgan en pasados, viven un presente de amarguras, atosigados por las informaciones mediáticas de globovisión, y demás canales conspiradores, junto con los grandes medios de prensa propiedad de transnacionales, que distorsionan y mal informan, y sin embargo cacarean que esta dictadura, donde no hay libertades para los medios, parecieran ignorar la crisis del capitalismo europeo y su aliado yanqui, como no ven sino CNN y los canales desinformativos, pues no se enteran de los indignados en las calles de las capitales europeas, no leen que EE. UU. No tendrá como pagar las jubilaciones y pensiones de los viejitos para agosto, pero si lo vive gastando los dólares del pueblo en armamentismo e invasiones, matando a inocentes para apoderarse de las riquezas de otros países, de esto no cacarean ni chistan nada se hacen los locos, o bien hipnotizados por el poder mediático no se enteran de los problemas de los países ¨ricos¨, ahora menguados y exangües.
El cacarear y cacarear, lamentarse y lamentarse, fanfarronear para no olvidar el status quo, para vivir la falsa conciencia. En la enfermedad del Presidente, hasta algunos curas católicos perdieron la razón o sufrieron trastornos psicológicos, uno de Maracaibo la botó de jonrón o quizá mejor se ponchó, cuando se atrevió a desear la muerte del primer mandatario, especies de psicopatías transitorias, pero trastornos en fin, y qué decir de muchos escuálidos fanáticos y inoculados por el veneno mediático y la dirigencia echando maldiciones y deseando lo peor para el Presidente, eso fue público, GLOBOVISIÓN llevó a sus estudios a voceros reaccionarios y recalcitrantes que con cinismo, sarcasmo o ironías se burlaban de la salud del convaleciente Jefe de Estado. Son conductas con tintes de desviaciones, porque los venezolanos no habían sido testigos de tanta envidia y odio, contra Chávez y los chavistas o seguidores de su gobierno, y después esta misma gente acusa, se queja ante la Corte Internacional, el caso del CNP y su comunicado contra VTV y contra el gobierno acusando de infractor de los derechos humanos, pero no se ubican en sus propias desproporciones y errores, lo de ellos es el fanatismo, el protagonismo y las acusaciones sin fundamentos legales.
De tal manera que estos cacareos del día a día, quejosos, resentidos, decepcionados, tristes, acongojados, tan sólo por no compartir los ideales revolucionarios, por no aceptar la realidad, que ellos viven, pero niegan, por ejemplo un anciano que no reconoce que las pensiones ahora son dignas, que las incrementan todos los años, y, tercamente dice que antes también se disfrutaban, se niegan a aceptar que antes era una pensión vitalicia por el resto de la vida, y que pagaban cuando querían, no se acuerdan de que muchos viejos se fueron al infinito esperando la pensión, que pasaban uno, dos, tres y más años esperándola, y a quien se la daban era por palanca, por ser del partido, ahora a nadie discriminan a todos les llega a tiempo, y lloran en las colas de los bancos, soberbiamente no reconocen las bondades de la Constitución y del Presidente, que todos los años automáticamente llegan a la edad que fija la ley, y les asignan su pensión.
Un viejo, anciano, adulto mayor o tercera edad, en fin ya en la descendencia por la edad, le oí desearle la muerte al Presidente, argumentando que este debía de pagar por sus crímenes. ¿Le pregunté, señor usted es cristiano, está pensionado? Me contestó afirmativo, le respondí seguro que usted, es de los que viven rezando y dándose golpes de pecho, ha olvidado los mandamientos, el de no pecar ni con palabras y obras ni mucho menos desear mal al prójimo, además debe leer algo de historia y recordar apenas 13 años atrás, como se burlaban de los viejitos cuando pedían o clamaban por las pensiones, la ballena se la lanzaban y no había ley que nos protegiera para que las pensiones fueran dignas, ahora la Constitución del 99 aprobada por el pueblo, garantiza a todos y todas sus derechos sociales. Su terquedad, le hizo evocar el deseo ciego de que volviera un CAP u otro de los gobiernos, que de tanto faltar a sus promesas el pueblo los echó a punta de votos, y añoran volver. Le recordé las torturas, crímenes, desapariciones de los regímenes del pasado, y le dije que los muertos del 4 de Febrero fueron por enfrentarse a su pupilo, es decir muertos en combate, por voluntad, por valentía, muy distinto a los crímenes a escondidas.
Ante tantas terquedades, iniquidades, necedades, lloros, por parte de quienes disfrutan de las nuevas reivindicaciones constitucionales, sin distingos de ninguna índole, porque les dan créditos para comprar carros, para amoblar la casa, vivienda, les protegieron en la estafa inmobiliaria, créditos para diversas maneras de salir adelante, trabajan en la Administración Pública, y hablan, se quejan de Chávez, del cargo y lo hacen con desgano, son muchos y muchas las que disfrutan de todos los beneficios derivados por la Revolución, se cobra al día, adelantado las pensiones y hasta los sueldos por jubilaciones, no se acuerdan que antes, cuando empezaba el año había que esperar hasta tres meses para cobrar, nuevo presupuesto decían, y que en los finales de la Cuarta ya no había para pagar sueldos, salarios, pensiones y jubilaciones, o acaso por qué estaban privatizando, o vendiendo las empresas del Estado, pues porque estábamos quebrados, o es esto especulación o mentiras, quien esto escribe lo vivió, imagino que muchos lo vivieron, pero como la ceguera política no los deja recapacitar y aceptar la realidad, se amargan, se resienten y lanzan sus calumnias y mentiras para justificar sus resentimientos exagerados.
De todo se quejan, por todo cacarean, nada sirve, la Constitución la rompieron, no la aprobaron, el cuadro de Bolívar en Palacio, cuando el golpe, lo echaron a la basura, ahora lo niegan y abrazan la Constitución, la añoran, la evocan, pero como sabemos es farsa, lo hacen porque les favorece y se escudan en los derechos constitucionales y en el exceso de Democracia, la que no hubo en sus cuarenta años con la Constitución del 61, que a cada rato la violaban, suspendiendo garantías y persiguiendo a los disidentes ideológicos, o esto es mentira. ¿Acaso no somos testigos del acontecer político desde la década del 50 hasta nuestros días?
Escribimos estos testimonios arrancados de las vivencias cotidianas, a veces reímos a carcajada suelta y nos sirve de relax, a veces nos vemos obligados a no quedarnos callados y con mesura y hasta donde podemos controlar las emociones, respondemos, o de repente nos sale apartar unas horas para plasmar estos escritos, que no dejan de tener su importancia, por ser arrancados del cotidiano trajinar, muchas veces sin proponérnoslo, nos vemos envueltos en estos menesteres un tanto desagradables, debido a las incidencias psicológicas, sociológicas, políticas, religiosas en el ambiente que lamentablemente estamos viviendo, por paranoias provocadas por agentes externos e internos, con la intención de truncar el camino expedito hacia la concreción de la Independencia y soberanía, postulados de nuestro Libertador y los héroes, que dejaron senderos despejados, y que hoy tenemos la dicha y satisfacción de ser testigos de la fecha Bicentenario, rescatando la Doctrina y principios autóctonos de la Patria Grande, con el esfuerzo y participación de las mayorías, en Venezuela y otras latitudes donde llegó Bolívar a romper cadenas coloniales. Exaltamos entonces el Bicentenario con sus eventos para el pueblo.
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