Una vez más la bancada de la oposición en la Asamblea Nacional votó para hacerle daño al pueblo. Esta otra vez fue el pasado martes 18 de octubre cuando fueron en contra de un crédito adicional al presupuesto de gastos vigente del Ministerio del Poder Popular para la Alimentación, por la cantidad de 760 millones 446 mil 400 bolívares, para garantizar el abastecimiento de alimentos en todo el país.
Los fuegos en contra de la alimentación del pueblo los inició el diputado derechista por el estado Guárico José González, de Fedeagro, quien dirigió de 2007 a 2009 la cúpula empresarial de Fedecámaras y fue muy activo en el golpe de Estado del 2002. Este troglodita, quien cree, a estas alturas, que ofende cuando acusa a alguien de comunista, anunció en la sesión y ante el país, sin el menor rubor, que la oposición no daría apoyo a ese crédito para la comida del pueblo. Lo siguió con la misma saña antipopular su homólogo Hiram Gaviria (UNT-Aragua) quien anunció un supuesto malestar en el agro por la política agrícola del Gobierno Nacional y porque, también supuestamente, las importaciones de alimentos van en detrimento de productores del país. No se podía esperar otra cosa de estos señores que representan a la clase de los terratenientes, la mismísima acaparadora de la tierra por más de 500 años y con ella la producción agropecuaria del país. Esa misma capa terrateniente que ha sido incapaz de lograr la seguridad alimentaria del país porque es parásita de la renta petrolera, y desde esa situación vergonzosa batalla por sostener, incluso con la violencia y el crimen, las viejas relaciones de producción del campo con la que nos han atado históricamente a la dependencia de los centros de poder del imperialismo. Estos sujetos representan el fracaso, en cuerpo presente, de una forma de país que se resiste a darle paso a las nuevas y democráticas relaciones sociales que, con la Revolución Bolivariana, vienen avanzando en el campo venezolano para lograr la definitiva independencia.
A esa comparsa en contra de la alimentación del pueblo se sumaron como borregos todos los diputados escuálidos de los partidos de la MUD, entre ellos los del Estado Anzoátegui: Marcos Figueroa, Barreto Sira, Richard Arteaga, Paraqueima y Rodolfo Rodríguez. Los mismos que hemos visto y escuchado, de manera hipócrita y demagógica, cuando abren sus bocotas para vociferar sobre desabastecimientos. Pero gracias a la voluntad soberana del pueblo venezolano contamos con una mayoría bolivariana de diputados y diputadas en la Asamblea Nacional, quien aprobó tan importante crédito para la seguridad alimentaria, más aún cuando se aproximan las navidades, fecha muy importante para los venezolanos.
Sabemos que los recursos aprobados por la mayoría revolucionaria serán transferidos a la Corporación de Abastecimiento y Servicios Agrícolas S.A (LA CASA), para la adquisición y distribución de los principales rubros alimenticios de la cesta básica en todo el territorio nacional, particularmente en los estados con mayor concentración poblacional: Anzoátegui, Miranda, Vargas, Carabobo, Lara, Zulia y Distrito Capital entre otros.
Ese crédito, al que se opusieron los diputados de la MUD, es para garantizar que la población venezolana tenga acceso oportuno y permanente de alimentos de primera calidad y a bajos precios. El gobierno del Presidente Chávez distribuirá por la red pública los siguientes productos: arroz, aceite, leche en polvo, azúcar, pasta alimenticia, pollo, carne, atún, caraotas, arvejas y lentejas, para la felicidad del pueblo al que tanto odian los opositores. Con este nuevo desenmascaramiento opositor quedó muy claro, es muy evidente: a José González y a Gaviria les hubiese gustado mucho que esos recursos fueran a parar a sus bolsillos en forma de créditos blandos, para después declarar que se perdió la cosecha, poara luego verlos con nuevas avionetas, yates, carros, quintas, whiskys, y toda esa buena vida que se dan esos parásitos incapaces de producir comida.