Che, vigencia en el combate

A 55 años de la caída en combate del comandante Ernesto Che Guevara y sus compañeros de guerrilla, hoy, aunque parezca paradójico, sigue más vivo que nunca en los corazones y las mentes de Nuestramérica, a pesar de haber sido atacado sin tregua -de todas las formas y maneras posibles- para borrárnoslo o deformarlo en la memoria, utilizando los más costosos refinamientos que manipulan su imagen hasta la trivialidad, para convertirlo en un estereotipo del aventurero romántico sin utilidad práctica para las necesidades actuales de los pueblos, hasta las más grotescas y viejas formas del anticomunismo reciclado de la Guerra Fría.

Recordar al Che tampoco es saludable hacerlo como lo hacen algunos "ideólogos exquisitos", de shopping , haciendo calistenias intelectuales en alguna biblioteca o librería, o en las redes tecleando un iPhone para creerse en la Sierra Maestra cual gamer globalizado. No, el Che es combate de verdad. Su herencia es una convocatoria a la calle, al aula de clase, a la fábrica, a la Comuna, al Consejo Comunal, al CLAP, a la organización campesina, pesquera o indígena. Recordar al Che también es reflexión con audacia, pensar con cabeza propia. Ahí, solo ahí, es donde el homenaje al Guerrillero Heroico puede ser consecuente con su legado y sacrificio.

La característica fundamental que definió al Che era su preocupación, incluso hasta la terquedad, tal vez hasta el extremo, para que la teoría revolucionaria fuera de la mano con su voluntad de lucha y su heroísmo personal. Así fue de exigente quien llegó, quizás, a ser el mejor paradigma del combatiente revolucionario. Al Che lo podemos caracterizar con él mismo: un cuadro revolucionario, en todos los sentidos, como él lo definió en su trabajo: El cuadro, columna vertebral de la revolución, publicado en 1962.

Che forma parte de una saga sustentada sobre los más sólidos principios desde la perspectiva de los oprimidos, aunque las raíces son mucho más lejanas pudiéramos tomarla desde Marx y pasar por Lenin, y en América Latina por Bolívar, Fidel y Chávez, entre los grandes pensadores, militantes revolucionarios, quienes tuvieron un denominador común: la respuesta teórica, creadora, requerida ante una coyuntura histórica determinada, pero también con acción práctica, enérgica y contundente. Por algo el en su Diario de Bolivia para recordar el asalto al Cuartel Moncada escribió "… El significado del 26 de julio: rebelión contra las oligarquías y contra los dogmas revolucionarios".

El Che sigue más vigente que nunca en las luchas de los pueblos del mundo, entre ellos el venezolano que, aunque sigue asediado por imperialismo, marcha a paso firme venciendo.

 



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Irán Aguilera


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