En estos días, logré ver y leer una noticia en la cual unos militantes del MAS, que ocupan cargo directivos en ese partido plantearon una pelea con otra partícula (ya indivisible) en la cual cuestionaban la decisión que dejaba en libertad a la militancia para apoyar a uno u otro candidato de la MUD.
Este jueves 24 de noviembre, aparece otro partícula invisible e igual de indivisible, comandada por un tal Nicolás Sosa, planteando que la decisión de dejar a la militancia del Movimiento Al Socialismo en libertad para apoyar a cualquiera de los candidatos de la MUD, es enteramente legal porque está apegada a las normas y estatutos de esta organización. La información ofrecida por el tal Nicolás Sosa precisa, que la militancia del MAS se mueve en esta dinámica por bloque y los apoyos se manifiestan a través de esa figura. El Bloque oriental apoya a Capriles y el occidental a Pablo Pérez.
Tomo este caso, que seguramente es intrascendente en el devenir político nacional y para el desenlace de la confrontación en la MUD, porque al leer la nota se me ocurrió, no como un hecho fortuito, que si hay un hecho o situación para entender la descomposición de los partidos que aconteció Venezuela en las tres últimas décadas del siglo XX, sinceramente no creo que AD y COPEI sean los mejores ejemplos o casos para entender este proceso. Aunque a primera vista, el Movimiento al Socialismo (MAS) no tuvo que ver directamente con el bipartidismo, su descomposición fue tan violenta que dejó a los partidos pilares del bipartidismo en coma pero con opción a mantenerse, mientras que el Movimiento Al Socialismo (MAS) se volvió prematuramente un trapo viejo mugriento y pago esa debacle.
Aunque sabemos que el Movimiento al Socialismo MAS nunca supero el 5% histórico y que su calificación como un partido nacional puede ser cuestionada por sus números; la crisis le cobró caro su comportamiento. A pesar de sus históricos números, que nunca alcanzaron para establecer una comparación con AD y COPEI, en cuanto a sus responsabilidades de gobierno y comportamiento como partidos de masas; el Movimiento al Socialismo, necesito de unos momentos de gobiernos en algunas entidades y otras “cuotas de poder” (como lo llaman internamente) para descomponerse muy velozmente.
El término de biodegradabilidad probablemente nos permite enfocar y comprender mejor este proceso de descomposición que vivió el Movimiento Al Socialismo. Para lo que manejan este concepto o proceso, saben que biodegradabilidad está muy asociada con la estructura física, química y con el comportamiento de un determinado material; pues siendo así y trasladando este concepto o proceso a este caso, diríamos que los que tuvieron alguna responsabilidad más directa con el funcionamiento de esta organización se comportaron como unas muy eficaces y asquerosas bacterias y todo ese hermoso movimiento que fue en un momento una esperanza de lucha y sueño, terminó siendo peor que una basura tipo “concha de cambur”, que por su estructura física y química entiendo yo ahora, pude o es devorada más rápidamente por estos asquerosos microorganismos, que calificamos ya como bacterias.
Fue un sueño que cruzó las fronteras porque recordaremos el gesto de García Márquez, cuando donó el monto en bolívares del su premio Rómulo Gallego. Su himno, fue obra de un gran intelectual y político griego, cuya letra emocionó a muchos venezolanos. Mikis Theodoraskis permitió colocarle a ese sueño esa guinda que lamentablemente terminó mal.
Ramos Allup, Lewis Pérez, Alfaro Ucero, Antonio Ledezma, Curiel, Alcántara, César Pérez Viva, Barboza, Manuel Rosales son exactamente los mismos que vivieron y gozaron este país de lo lindo. A estos actores uno puede reconocerle su condición de ser “choros dignos”, porque han mantenido su condición de “choros” sin variaciones y diríamos con la frente en alto. No es el caso del MAS y gran parte de su dirigencia. No puede uno calificarlo de traje de alquiler que se presta por unos bolívares porque en su descomposición pasaron esa etapa desde hace mucho tiempo.
Si sabemos que Teodoro Petkoff es lo que es, no por antichavista porque hay espacio suficiente para optar por una posición en ese campo sin llegar a ser una cosa asquerosa y se hartó del MAS; lo que ahora permanecen en esa organización y pelean por darle el trapo mugriento a unos de los candidatos de la MUD, nos dicen que AD y COPEI son muy decentitos frente al hedor a estierco que sale de ese trapo mugriento.
Así pues, que esta idea de tener el MAS como el mejor caso de descomposición del sistema político venezolano durante la última década del Siglo XX, creo que es muy pertinente. Los máximos representantes del bipartidismo ahora, siendo muy hipócritas saben más o menos comportarse. Los dirigentes masistas los observamos en los medios y por Internet como bacterias consumiéndose en su estierco. Es realmente lamentable que el país haya perdido la oportunidad de contar con una organización que prometía identificarse con los supremos intereses de la nación. Espacio hubo y hay para no haber perdido su perfil.
evaristomarcano@cantv.net