Quien salió ganando fue
Gustavo Cisneros, porque sin pagarle medio a ninguno de los seis personajes
en busca de inteligencia, se metió una bola de billetes en publicidad.
El mensaje fue clarito. “Señores, esto es lo que hay”. Le faltó
decir al moderador. Es decir, no contamos con nadie capaz de gobernar
al país.
Uno sale por allí y se
encuentra a los chavistas con una cara de felicidad que no la brinca
nadie y se burlan de uno: “Hagan más debates para que desaparezcan”
Así me dijo un gran carajo chavista ayer cuando lo vi tomándose
un café en el Café Venezuela que está en la Biblioteca
nacional. Están gozando los chavistas porque no se necesita ser muy
inteligente para saber que nuestros candidatos no sirven para un carajo.
Siento una pena tan honda que estoy a punto de encerrarme en mi casa
y salir el 12 de febrero a votar con el pañuelo en la nariz por uno
de esos seis personajes en busca de talento.
Margot también está
arrechísima –como la cámara que pedía Pastor Heydra hace tiempo
para fotografiar a José Vicente Rangel- así anda Margot: “¡Qué
bolas! Son todos unos mediocres y uno tiene que defenderlos. ¿Por qué
coño llaman a esa vaina debate? Eso parece una conversación en un
velorio” Por allí anda Margot hablando sola y los chavistas, se están
burlando, y me duele decirlo, con toda razón, porque nosotros le damos
todos los argumentos. El dictador no dice nada pero estoy seguro que
se ríe con sus ministros en el gabinete hablando de la vaina esa que
nosotros llamamos debate.
Cómo estaremos de mal, que
yo prefiero que salga Fracaso Petkoff a decir alguna vaina, pero no
aparece, no sale por ninguna parte, debe ser que está escondido
para ocultar la vergüenza que le da esta vaina, porque su candidato,
Pablo Pérez, parece que es peor que Manuel Rosales. Y uno ve allí
a Leopoldo López y a Capriles Radonski y no puede olvidar el golpe
y el paro cuando llamaban a cerrar las escuelas y con aquel señor,
Octavio Alamo, creo que se llamaba, que tenia una voz delicada en tono
grave, salían en nuestro canal Globovisión defendiendo el paro. Parece
que esos fueron sus mejores momentos, porque nadie recuerda otra cosa
importante que hayan vivido.
- Se acabó. Lo nuestro está
muerto.- Me canta Margot.
Robertomalaver gmail.com