Capriles no va ser en definitiva el candidato presidencial que desafiará la continuidad de la Revolución, que hemos de ratificar con mayoría contundente el próximo 7 de octubre. Capriles no arranca, Capriles no cala. Con desespero la llamada Mesa de la Unidad busca un sustituto. Lo sé, me lo confirmaron, ya tienen su gallo tapa’ o.
Luego de la mamarrachada del 12 de febrero que llamaron primarias, donde las trampas pulularon y quedaron al descubierto la desunión, las agendas individuales y las cartas escondidas, el hasta ahora candidato de los majunches salió -sin orden ni concierto- a visitar casas en diferentes comunidades del país, de la mayoría de las cuales sale espita’o y con las tablas en la cabeza, al padecer el rechazo de quienes no están dispuestos a calarse la demagogia del visitante por primera vez, que llega movido exclusivamente con fines electoreros. Capriles no cala.
Al majunche mayor lo han dejado solo los otros precandidatos a los que él trampeo para ponerlos aparentemente fuera de combate. Ya luce lejana la noche en la que lo proclamaron candidato y le levantaron la mano quienes compitieron con él. Ya no le levantan más la mano, ya no se les ve cerca, los alejo la prepotencia del gobernador inepto, quedándose sin la manito que pudieron darle pa’ que no quedara detrás de la ambulancia.
La oratoria de quien ya está derrotado antes de echar el primer tiro no convence a propios ni a extraños. Un asesor gringo le recomendó que intentara hablar como Chávez y parecerse a él, e incluso que actuara simulando su estilo de comunicación con la gente. El payaso imitón llama a risa, mueve a burla saber de su desespero al no tener, ni remotamente, una décima parte de la pegada del líder de la Revolución. Con esos discursos de pacotilla no llega a la esquina. Capriles no cala.
Es un secreto a gritos que ya ni los escuálidos le paran. Hace un par de meses los jefecitos de grupo se mataban por estar en las mesas de comando y de estrategia. Ahora le están sacando el rabo, y es él quien los persigue para que vayan a sus reuniones y escuchen sus peroratas. No obstante lo dicho, debo confesar que si hay un Comando al que todos quieren ir, del que todos quieren formar parte, el Comando de Finanzas. Ahí hay plata de la “buena”, aunque sea malo el origen, de la que llega de los Estados Unidos a través de la valija diplomática de su Embajada en Venezuela. Allí si quieren estar todos pa’ pegarle la boca a esa teta. Solo en recoger dinero ha sido efectivo Capriles, en eso de recaudar fondos parece que le gana al SENIAT, si bien la diferencia radica en que uno es dinero del pueblo y para el pueblo, y el otro es de los gringos pa’ el cogollo de los majunches. Capriles no cala.
Son muchos los cabecillas de los escuálidos que conspiran contra su jefe, los más activos -que ya no pueden esconderlo- son Ramón Guillermo Aveledo, Teodoro Peckoft y Manuel Rosales. Aveledo se sabe intelectualmente superior a Capriles, y está exigiendo desplazarlo. Peckoft se mueve como peso pluma para difundir que el candidato no llega a los sectores populares, mientras Manuel Rosales, desde afuera donde huye de la justicia venezolana, quiere desquitarse de la derrota fraudulenta que dice él le propino Capriles a su pupilo Pablo Pérez. Insiste Rosales en que Capriles no le aguanta un round a la Revolución. Capriles no cala.
Son suficientes los argumentos antes dados para concluir que los majunches tienen razón al intentar poner de lado al ya derrotado candidato. Los chivos del cogollo ya tienen su gallo tapa’ o, esperando darle un palo cochinero al pataruco que luce como gallo muerto.
* Luchador social y político
cesar.dora62@gmail.com