Ninguno de nosotros, los bolivarianos más conscientes, somos o seremos capaces de avalar cualquier fanatismo, cualquier discurso único, sea cual sea su justificación o naturaleza: ni filosófica, ni ideológica o política, ni religiosa, racial, étnico-nacional o de cualquier procedencia, civil o militar. El advenimiento de Hugo Chávez al ruedo político nacional e internacional, representó una innovación de una revolución pacífica, pero no desarmada. En su desarrollo hemos visto la convergencia de las fuerzas y movimientos progresistas más avanzados y actualizados del continente y del mundo: bolivarianismo, pueblos originarios y sus filosofías del Buen Vivir, afroamericanismos, filosofías y teologías de la liberación, (procedan éstas de católicos, protestantes, mahometanos, judaísmo antisionista pro pueblo y Estado Palestino), movimientos de género, marxismos críticos, movimientos ecuménicos por la paz y el desarme, movimientos anti-imperialistas y de la anticonquista, entre otros tantos. Algo de esto pudo asomarse -aunque todavía en forma muy tímida- en el reciente Foro de Sao Paulo, realizado en Caracas. Chávez ha venido encarnando una brújula de largo alcance que lo coloca en un respetado puesto de vanguardia de la izquierda crítica mundial frente a la crisis mundial del capitalismo eurocentrista y a la cual no escapa la vieja izquierda ortodoxa. Crisis de fundamentación y legitimación, como afirma entre otros, Rigoberto Lanz.
CHÁVEZ ¿PROVOCADOR PEDAGÓGICO O UN INTOLERANTE MESIÁNICO?
No ha escapado Chávez a serias críticas de parte de la derecha y de algunos renegados de izquierda bajo el epíteto de “dictador”,” tirano”, atizador de un “discurso único” y de tantos otros recursos del discurso opositor aplanado por el neoliberalismo. Tampoco negamos que pueda haber cierta oposición de una izquierda crítica (dentro y fuera del proceso).
PRIMERO: Hay que conocer al Chávez de carne y hueso y no confundir su estilo muchas veces muy apasionado y en muchos casos retador, con el Chávez real y concreto: el humanista. De vocación incluso gandhiana, pacifista contra la violencia y la guerra imperialista que cuenta siempre con el aval de las burguesías criollas apátridas. Traigo como ejemplo un caso concreto: Cuando Uribe y la oposición apátrida servían de caldo de cultivo para propiciar una guerra entre Colombia y Venezuela aupada por los Estados Unidos, Chávez fue capaz de entenderse con el recién electo Juan Manuel Santos por encima de profundas diferencias filosóficas, ideológicas y políticas entre ambos presidentes y gobiernos vecinos. Tanto la extrema derecha colombiana, como la venezolana calificaban a Santos de “prochavista”. Algo tan traído por los cabellos, que sólo provocaba risa. Pero en el fondo, ambas derechas apátridas, que avalaron las bases militares norteamericanas en Colombia, querían la guerra entre ambos países. Claro, ellas obedecen al amo del Norte contra sus países. Así avalaron el golpe en Honduras y en Paraguay, en Ecuador y en Bolivia, como lo hicieron el 11 de abril aquí en Venezuela, los mismos del viejo Pacto de Punto Fijo y sus derivados, que ahora quieren el poder político nacional. Incluyendo al golpista Capriles Radonski, cofundador y avalador de peligrosas sectas fundamentalistas, como Tradición, familia y propiedad, entre otras.
SEGUNDO: Si Obama afirma que Venezuela no significa un peligro para los Estados Unidos, la extrema derecha de USA, la derecha sionista, la derecha narcoparamilitar uribista y nuestras derechas criollas apátridas se llenan de rabia y presionan para que se diga todo lo contrario. Dada la coyuntura electoral, todo lo que huela a que la revolución bolivariana se consolida, les resulta inconveniente. Estados Unidos ya olfatea, a regañadientes, que debe prepararse para la reelección de Chávez, aunque nunca se resignará al intervencionismo y la desestabilización. La idea permanente de esta oposición es jugar al caos y a la destrucción del país. Estemos o no en campaña electoral. Pero en campaña se torna más agresiva y antivenezolana. Hasta en los deportes.
TERCERO: Quien conoce a Chávez como un provocador pedagógico, ante una derecha totalmente apátrida, no resulta extraño verlo con afirmaciones de doble filo, como esta reciente:
“¡El que no es chavista, no es venezolano!”
Un doble filo, sin duda, que no deja de ser retador y peligroso. Pero hay que contextualizar esta afirmación provocadora, cuyo sentido pedagógico es fácil de tergiversar y sacarle filo por todas partes. Pero hay que saber buscar la punta del hilo del complejo ovillo.
Veamos: ¿Qué viene pasando con nuestra oposición? Resulta difícil sostener que toda ella sea apátrida. Eso sería, sin duda una locura. Una afirmación extrema… efectista.
Sin embargo, el hecho real y concreto es que la extrema derecha fascista, antipatriótica y desnacionalizada, racista, colonizada y colonialista, pro-imperialista, siempre se sale con las suyas y siempre se lleva en los cachos a la llamada “oposición democrática” y no se vislumbra por ningún lado, ningún rasgo de patriotismo, de venezolanidad, de identidad nacional, regional o local en la oposición de este país. Por el contrario, hay un llamado constante a la intervención extranjera y una frecuente banalización de las prevenciones de una invasión armada o mediática. Una negación de la unidad cívico-militar para la defensa de la integridad político-territorial. Y un apoyo a la guerra imperialista en el mundo entero. Ese es el contexto y la coyuntura política que ha llevado a nuestro candidato a definirse como “el Candidato de la Patria”. Lo otro es encontrarse con la caricatura política, la mascarada de lo nacional, la grosera demagogia de un populismo artificial, que delata un camuflaje en el carisma y la personalidad de Hugo Chávez. En las fronteras, Capriles se disfraza de Cacique indio en Guayana, Amazonas y La Guajira, de llanero solitario en Guasdualito o de andino en el Táchira, pero con falsa vestimenta para esconder su racismo y su desprecio rancio hacia los pueblos y hacia todo lo popular. En cambio oculta el genocidio contra los yucpa, porque sabe cual es la procedencia de los sicarios y de los fascistas paramilitares que atacan al pueblo yucpa de la Sierra de Perijá. Pero Uribe sigue siendo factor de “seguridad y orden”. Probablemente cocinan una masacre o un desplazamiento yucpa en plena campaña electoral, repitiendo un poco el libreto de Paraguay. Tampoco fija posición frente a la masacre de cientos de campesinos para atacar la Ley de Tierras.
En síntesis: La derecha busca mimetizarse en la personalidad, el carisma y el programa de gobierno de Hugo Chávez y del bolivarianismo. Esto para escapar a su agenda oculta manejada desde los grandes centros del poder mundial. Sin embargo, si algo los delata es que apoyan todas las medidas neoliberales y hambreadoras del FMI contra los pueblos en Europa. Porque ellos aquí harían lo mismo. Pregunto: ¿hay salida nacional o venezolanista al margen de la actual candidatura de Hugo Chávez? ¿Puede llamarse venezolanidad una nueva vuelta al Pacto de Punto Fijo y a las recetas de Fedecámaras y al chantaje del Fondo Monetario Internacional? ¿Tenemos o no un cuadro perfectamente definido entre dos candidatos presidenciales, un proyecto nacional y continental bolivariano y un proyecto imperialista de usurpación y recolonización?
CUARTO: La provocación y el particular estilo del Presidente Chávez, por muy pedagógico que se pretenda, no deja de tener sus riesgos, sobre todo ante la dictadura del poder mediático mundial. Que todo lo tergiversa. A veces es necesario ser más precisos en nuestras consignas. Sobre todo, para no herir suceptibilidades en gente que permanece un poco al margen de lo político y de lo que acontece nacional y mundialmente. O de alguna gente de base de la misma oposición que todavía no conoce de fondo la dinámica interna del fascismo y de cómo el fascismo, puede arrastrar a sus fines racistas y guerreristas hasta a los sectores más cuerdos y moderados. Para fanatizarlos y llevarlos a la guerra civil y a justificar una invasión extranjera.
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