Suponiendo que estos dos personajes mantengan alguna relación consanguínea con el Libertador Simón Bolívar, todos los hechos y el pensamiento de estos dos personajes desdicen de tal afiliación.
Esta campaña desatada desde los centros “académicos” según la cual se pretende ligar a estos dos acérrimos opositores al linaje del Libertador, no es otra cosa que una artimaña diseñada por los expertos en marketing electoral, que pretenden mediante esta puesta en escena, conceptualizar en los marcos mentales de los venezolanos –sobre todo los que apoyan este proceso y los ni ni -pretendiendo con ello de manera subrepticia, hacernos creer que efectivamente son bolivarianos, sin serlos-; esto no es otra cosa que una simulación que pretende mostrarnos como Leopoldo y Capriles son cercanos ideológicamente al Bolivarianismo.
Nada más lejos de esta idea, pues el más fiel reflejo del anti Bolivarianismo y del anti espíritu nacionalista lo representan estos dos personajes y veamos porqué.
Bolívar representó todo el ideario filosófico social libertario y unionista americano; su sensibilidad y visión geopolítica estratégica, su enorme capacidad anticolonialista y visionaria, todo su desarrollo teórico y de valores imbricados de justicia, igualdad y libertad, su altísimo sentido del honor y la dignidad humana, en fin sus cualidades morales, humanas, políticas, sociales y espirituales, lo distinguen como el hombre y el genio más grande que haya parido la América, sin embargo; tanto Leopoldo como Capriles representan a un sector de la población venezolana con dinero a dos manos que no le interesa para nada ni la igualdad, ni la justicia, ni la independencia ni la libertad mucho menos .
Bolívar a pesar de su origen social y familiar, sacrificó toda su fortuna, su salud, su vida misma por un bien mayor, que era la liberación de la Patria Grande. Bolívar no tiene parangón en el mundo, con su constancia fue transformando la naturaleza de los nativos americanos en conciencia nacionalista americana, pues su palabra y su ejemplo llegó al corazón mismo de los hombres que siguiendo su ejemplo de lucha libertaron cinco naciones. Su ejemplo forjó la conducta y la conciencia no sólo militar, sino política y social de todo aquel quien lo conoció. Y nos dejó ese legado a sus hijos que somos todos los venezolanos. En contraste Leopoldo y Capriles han sido acusados y encontrados responsables de actos de corrupción moral y legalmente reprochables según las leyes venezolanas, es decir, su ejemplo en cuanto a manejo de la hacienda pública nacional, no es ejemplo para ningún venezolano. El origen familiar y social de ambos y sus intereses progresistas representan los intereses de una cúpula empresarial, que por supuesto sólo les interesa su propio bienestar, el individualismo y el liberalismo en pleno apogeo, contrario al ideario bolivariano.
El proceso bolivariano ha despertado la conciencia y el respeto propio que permanecían dormidos, producto del embrutecimiento en el que nos sumió el largo período vivido entre 1958 hasta 1998. Nos despertó el amor patrio, la conciencia, el sentido existencial que debemos tener, el honor y la dignidad, conciencia del estricto cumplimiento del deber que nos impone la patria y su soberanía e independencia nacional. Leopoldo y Capriles son el más claro ejemplo de lo que sería volver al pasado, representan los intereses de las élites económicas venezolanas, y de las transnacionales, nos ofrecen progreso a cambio de nuestra libertad, dignidad y moral republicana, son la antipatria pues.
El Libertador fue el forjador de la República (geopolítico) haciendo un uso asombroso de conceptos, principios y valores. Es el verdadero “alfarero de Repúblicas” que liberó cinco naciones de este hermoso continente, creyendo firmemente además en los Estados Nacionales como un todo estructurado, indivisible, interdependiente, donde el gobierno nacional actúa desde un centro de irradiación, eso como parte de algunos de los postulados de su teoría política. Para Capriles y Leopoldo la geopolítica consiste en respetar a nuestros “socios naturales” los EEUU pues, a pesar de que ello signifique nuestra esclavitud económica y acabar con la unión suramericana. No creen en la geopolítica, su discurso incita a la discriminación entre naciones, incluso acusándolos de “socios inconvenientes” a los intereses venezolanos. Pretenden aplicarnos lo del pragmatismo en política exterior, contradiciendo con ello, los principios Bolivarianos. Para éstos la descentralización que fragmentó al Estado nación venezolano, es el modelo ideal al que debemos retornar, otra contradicción.
Bolívar, desde su visión americanista, mediante la cual debía consolidarse “la nación de repúblicas”, poniendo el talento a servicio de la fuerza para ser libres si era necesario, consolidó nuestra libertad y sentó las bases del nuevo continente. Esta visión geopolítica unida a su inquebrantable lucha por la justicia, permitió una oportuna revolución e independencia manteniendo su autenticidad americanista. En contraste, el talento de este par, desafortunadamente ha estado y está al servicio del pitiyanquismo –recordemos la definición que de este término hiciera Briceño Iragorry-.
Dicho esto, resulta contradictorio por decir lo menos- pensar en que este par a quienes tratan de crear la falacia de que pudieran ser familiares del Libertador, se asemejan a él.
Capriles y Leopoldo representan a la más extrema derecha de la derecha, no creen en Bolívar ni en sus teorías, ni en su obra, mucho menos practican los valores que el Libertador forjó; por ello es imposible que pretendan que nos traguemos la “supuesta familiaridad” existente entre estos dos personajes y el Libertador Simón Bolívar.
Quienes dieron un golpe de Estado, descolgaron el cuadro de Bolívar y le eliminaron en el Decreto de Carmona –prueba irrefutable del Golpe de Estado de 2002- la denominación de Bolivariana a la República, son precisamente, quienes ahora por vía de terceros “expertos” intentan parecerse a Bolívar.
Es la estrategia de lo absurdo, pues aun suponiendo que existiera alguna consanguinidad entre estos dos señores y el Libertador Simón Bolívar, esta relación resultaría al menos incestuosa y escandalosa, debido entre otras cosas a que el talento no se hereda.
Como decía el Libertador “el talento sin probidad es un azote”, por lo tanto esta familiaridad superpuesta entre estos actores y el Libertador resulta antinatura e indigna.
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