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Amber Heard se divorció de Johnny Depp porque temía por su vida. En el divorcio de Capriles y Borges, la sospecha es mutua.
Si Ud. los veía agarraditos de la mano como dos tortolitos en el Parque de Este, lo conmovía la escena. Parecía sacada de una de esas tiernas películas donde los enamorados ven todo color de rosas. Era un amor a todo minuto. Los transeúntes, que los miraban con el rabo del ojo decían para sí, esa si es una pareja feliz.
Así, este romance, no furtivo, sino, público y notorio, duro más de 20 años, ni el romance en el Titanic, fue tan emotivo y tierno. Pero como en la célebre película, una tragedia se cruzó en su idílica relación y se hizo aguas.
Habrá que buscarse un panel de psicólogos o asesores matrimoniales, para que expliquen, porque después de tanta intensidad amorosa, cuando se produce un desencuentro, el odio lo arropa todo y donde había tanta ternura ahora lo que observamos es una batalla campal, que ni los familiares, muchos menos sus compinches le encuentran explicación.
De esas expresiones intimas, mi querido flaco y te quiero mi "cejuo", han pasado a un escenario bélico, donde los mimos han sido sustituidas por verdadero misiles verbales, que amenazan con enterrar a Primero Justicia, que era, en otros tiempos, con cartelito y todo "El Dulce Hogar", de este tierno romance.
Y no es una exageración son verdaderos misiles verbales los que lanzan:
"Sapos y Corruptos", son los epítetos más suaves que se han intercambiado en este desencuentro.
Pero los trapitos sucios que han sacado al sol no parecen terminar allí, y cada calificativo, los atrapa a los dos. En otras palabras, lo que dice Capriles de Borges, también, lo puede afirmar Borges de Capriles y viceversa. Sí, porque en este romance que duró más de 20 años, había tal comunidad de intereses, tal apareamiento, que como dos siameses, ahora no pueden separase, sino convivir con sus propias trampas y mañas compartidas.
Pero esta separación que tiene asombrados a propios y extraños y algunos de sus compinches diligenciando viajes al exterior, porque se verán salpicados, tiene hedor a un ajuste de cuentas, terminología muy propia del crimen organizado, y de la Camorra.
Si, se desprende de los lamentos de Capriles, un resentimiento por el manejo doloso por parte de Borges, del dinero sucio, que durante años esta yunta sustrajo y que ahora "El cejuo", como lo llama Capriles, maneja a su antojo, incluso para el pago de periodistas mercenarios y youtoberos prestos, que por una cuantas monedas se prestan para cualquier trabajo sucio, sin importarle a que intereses sirven, sino, por el amor al "Cochino Dinero".
Otra perla que se desprende de esta traumática separación, es la superficialidad en las relaciones internas de la oposición de derecha, made in Venezuela. En las Ruedas de Prensa, se toman de las manos y ante las Cámaras, ensayan sus mejores sonrisas. Pero por debajo de la mesa o en la mangas de la camisa como hacen los magos, tienen las cartas envenenadas con las cuales pondrán el juego a su favor y apuñalaran por la espalda a sus aliados, que ellos los ven más como contrincantes.
Así están las cosas en este contrapunteo que sólo le falta el Arpa y las Maracas. Pone de relieve la verdadera naturaleza vil y canallesca de una derecha, que si así se tratan entre ellos, válgame Dios, cómo trataran a los demás.
Por supuesto que en esta batalla, habrá muertos y heridos, al final es el resultado de todo encuentro bélico.
Por lo que no quiero aspavientos ni poses dramáticas, ni lloriqueos. Con Aquiles Nazoa, termino este episodio de amor y dolor:
Amor, cuando yo muera no te vistas de viuda,
ni llores sacudiéndote como quien estornuda,
ni sufras «pataletas»
que al vecindario alarmen,
ni para prevenirlas compres gotas del Carmen.
No te sientes al lado de mi cajón mortuorio
usando a tus cuñadas
como reclinatorio;
y cuando alguien, amada, se acerque a darte el pésame,
no te le abras de brazos en actitud de ¡bésame!
Advertencia que les hace este exquisito poeta venezolano a los Guanipa, los Goicochea, Los Battistini, a los Guzmán, a los Mardo y a la cohorte de viudos, incluidos los de Voluntad Popular, que hoy buscan un paraguas para guarecerse del chaparrón.