El autobús del progreso salió malo de fábrica. Primero le costó un mundo para arrancar y después jamás llegó a emparejar. Siempre anduvo como su dueño y chofer, pistoneando. Por mucho empeño que le pusieron quienes lo empujaron para que prendiera, no lograron que cogiera la sobre marcha. Los técnicos gringos tampoco lograron entender las complicaciones del bus, porque su ingeniería y su mecánica pertenecen al III Reich y aunque intentaron maquillarlo con pintura del Siglo XXI, el bus continúo fallando.
No hubo día que no se recalentara. En la primera media pendiente que encontraba se apagaba. De Ciudad Bolívar, salió peor, porque no pudo con la carga Soapara y de Chacao moto, tuvieron que remolcarlo. Las piezas que le adaptaron para ver si cogía impulso, no cuadraron con la estructura y comenzaron a sonar.
Los esfuerzos se multiplicaron y hasta buscaron genios publicistas para que convencieran a los potenciales pasajeros, que el bus aunque aparentaba un modelo de la primera mitad del siglo XX, pertenecía a este siglo.
Pero los sonidos raros del motor de aquel viejo autobús eran cada día más pronunciados y los mecánicos del norte, cada día requerían más dólares para detener su deterioro, pero todo esfuerzo resultó posible.
Las piezas o injertos hechos al bus del III Reich, al no encontrar como engranar volaron los aires y con ese salto quedó al descubierto el verdadero origen de aquella maquinaria que movía a la nueva cabina y entonces comenzó el despelote y ahora que está al desnudo el peligro que representa ese autobús con su carga goebeliana y el fantasma del Furher, los potenciales pasajeros comienzan a distanciarse.
La revelación de los documentos originales dejaron al descubierto que el autobús del progreso era un contrabando que intentaban meterle a los venezolanos.
El autobús del progreso se convirtió en chatarra del retroceso y le espera junto con su tripulación, la chivera de la historia. Está escrito. No volverán. La nave que aspiraban utilizar para llegar a Miraflores, el Autobús del Progreso, se fundió.
*Periodista
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