Mario silva en su programa La Hojilla mostró esta semana al ¿economista?
Emeterio Gómez en una entrevista donde atacó al comandante Chávez por
dirigir un gobierno comunista, con unos argumentos que ya no producen ni
siquiera risa. En su lugar generan lástima por la pobreza argumental y la
manipulación descarada.
Si nos viésemos obligados a decir en público lo que dijo el mayamero,
habíamos corrido, al salir del estudio de televisión, a quemar nuestros
libros de economía, de la pura vergüenza.
Nada nuevo dijo este personaje que pareciera haber sacado su pensamiento de
la mismísima tumba de Arthur Macarthur. Un anticomunismo enfermizo y
atrasado por lo menos 20 años en la historia, fue lo que dejó en evidencia
el supuesto experto en economía. Que si el comunismo de la Unión Soviética
fracasó, que si China es hoy un país capitalista y que Cuba está sumida en
la pobreza por culpa del comunismo fueron algunas de las afirmaciones que
hizo Emeterio, sin entrar, por razones obvias, en detalles.
Según este personaje hoy da vergüenza declararse socialista en cualquier
evento internacional.
¿Han visto mayor ridiculez? ¿Y qué es lo que hacen líderes como Chávez,
Correa, Ortega, Raúl, Lula, Dilma y muchos más?
Mas no es en las pendejadas que dijo Emeterio donde queremos detenernos.
Quisiéramos usar este espacio para analizar una frase que le brotó del alma
al mayamero y que representa la gran mentira de los defensores de la
explotación humana: “El único sistema capaz de generar riqueza y
prosperidad es el capitalismo”.
Sobre el contenido de esta afirmación lo primero que hay que preguntarse
es ¿prosperidad y riqueza para quien?
Emeterio olvida (obviamente de manera intencional) que una de las
estrategias de los capitalistas para asegurarse la vigencia de su sistema
de explotación, se fundamenta en la generación de una masa de desempleados
dispuesta a convertirse en mano de obra barata.
Mientras exista desempleo el explotador podrá chantajear a sus trabajadores
con el argumento de que miles de personas están dispuestas a hacer su
trabajo por el mismo salario o incluso por menos.
Esa es la razón de la existencia de maquilas. Las grandes empresas, fieles
a su filosofía de obtener la máxima ganancia posible, mueven sus fábricas
a regiones con paupérrimas condiciones laborales, para evadir los
beneficios que en sus países de origen han conquistado los trabajadores
con sus luchas y organización.
¿Que con ello generan desempleo en su propio país? ¿Y quien dijo que el
capital entendía de solidaridad o patria?.
Tratando de exponer la idea más claramente. En la producción de bienes y
servicios intervienen dos elementos fundamentales: el capital y el esfuerzo
intelectual y físico del trabajador. El dominio del capital lleva a que sea
el dueño de éste el que se lleve la gran tajada, pues la premisa del
sistema es que el dinero vale más que el intelecto, el esfuerzo, la salud y
la vida de los trabajadores.
Por ello es que les resulta imprescindible mantener un ejército de
desempleados. Si no fuese así (sino hubiese desempleados) el capitalista
tendría que ceder ante las aspiraciones de los trabajadores y darle más
valor a su vida y esfuerzo que al capital.
¿Conclusiones? El desempleo le es intrínseco e indispensable al
capitalismo, la riqueza que genera el capitalismo está destinada al
capitalista y el progreso del que habla Emeterio hay que verlo con una lupa
diferente a la que usa este connotado retrógrado… veamos como es en
realidad:
¿De qué progreso habla Emeterio? ¿Será del mismo progreso que anda en un
autobús que conduce Radonski?
Si hablamos de los “países desarrollados” habría que preguntarle a los
ciudadanos de la Europa Occidental si están de acuerdo con el camino del
progreso que les está obligando a recorrer el capitalismo. Allí en la
explotación cruel que obliga a los ancianos a trabajar por la pérdida de
sus pensiones, en la pérdida de la vivienda de millones, en la búsqueda de
comida entre la basura, en la imposibilidad de obtener asistencia médica y
en el inmenso sacrificio económico que hacen para poder estudiar es donde
se refleja bastante bien la otra cara de la moneda que esgrime el experto
economista”.
Pero más allá de la vieja y pobre Europa existe un mundo en el que millones
viven en condiciones infrahumanas. En él hay más de mil millones de
personas atrapadas en la pobreza absoluta y de ellas el setenta por ciento
(70%) son mujeres… ¿Será que esos mil millones de sufrientes viven en esas
condiciones por culpa del socialismo?
Cuando Emeterio habla del capitalismo y sus bondades, su pensamiento no
puede ir más allá de una “Mayami” que a pesar de la inmensa injusticia que
alberga en su seno, pretende mostrarse como ejemplo del progreso que genera
el capitalismo. Ni de vaina menciona Emeterio a Guatemala con su 75% de
pobreza, producto del capitalismo. Tampoco menciona La Franja de Gaza,
Zimbawe, Chad, Moldova, Haiti, Liberia, Surinan, Angola, Mozambique, Sierra
Leona, Burundi o Tayikistán.
Esas son las regiones más pobres del planeta y Emeterio parece olvidar que
viven bajo la dictadura del capitalismo. Ninguno de esos países es
socialista.
Lo que no dijo Emeterio es que la riqueza que genera el capitalismo para
nada sirve a las 100.000 personas que mueren de hambre al día; al niño que
muere cada 5 segundos de hambre; a los más de 1.000 millones que carecen de
vivienda; a los 2.000 millones que padecen de anemia; a los 880 millones
que no tienen acceso a servicios básicos de salud ni a los 2.000 millones
que no pueden adquirir medicamentos esenciales.
¿Qué fácil es hablar de progreso, desarrollo y riqueza cuando no se es una
de las millones de víctimas de un sistema perverso como el capitalismo.
arellanoa@pdvsa.com