Aunque el candidato derrotado se arrodille y ore, cuanto quiera, no hay que creerle “ni tantito así”. El libreto de la derecha continúa en pleno desarrollo. No cogen pausa, la obsesión es la misma de 2002 y aún cuando sus actores intentan vestirse de demócratas, el subconsciente les traiciona.
Nada más hay que observar el video, donde el domingo 7 de octubre el candidato de la MUD, sale reconociendo por obligación la derrota, no le quedó de otra, la paliza fue ejemplar. La cara que presentó y las palabras que dijo no eran sinceras.
Vino a tratar de continuar engañando al pueblo. Habló de trabajar por un solo país, por una sola Venezuela, pero salió en cámaras ataviado con una chaqueta tricolor, un remedo de nuestro pabellón patrio, porque ciertamente exhibió fue la bandera del fascismo de 2002. Lo único que le faltó fueron los colores invertidos, porque en vez azul, la franja era negra y con siete estrellas. Nada que ver con la bandera bolivariana, cuyos colores son: amarillo, azul y rojo, con ocho estrellas, tal y como lo decretó el Libertador Simón Bolívar , en reconocimiento a la provincia de Guayana que se sumó a la causa independentista.
En rueda de prensa asegura que está con su gente abierto al diálogo que llamó el presidente Chávez. Pero en la misma rueda de prensa desconoce como venezolanos a los ocho millones y medio que votamos por el proyecto bolivariano, cuando dice: “Aquí no ganó Venezuela, aquí ganó el gobierno”. Es decir reconoce que perdió, que se quedó con el paquetazo neoliberal bajo el brazo, pero desconoce la voluntad del pueblo soberano, cuando niega el triunfo de la Venezuela, consciente, decente y patriota que defiende su soberanía y las conquistas del pueblo empoderado. Por eso el titulo de esta columna, porque en Venezuela sabemos lo peligroso que resulta un tetero piche para un bebé y en este caso la mansedumbre majunche para nuestro proceso es tan o mas peligrosa, que ese alimento descompuesto, para un niño.
La otra lectura, de esa presentación, es que nació un nuevo Rafael Caldera en la derecha venezolana. El señor Henrique Capriles Radonsky, no hizo otra cosa que decirle a su compañero Leopoldo López, te caíste de una nube si piensas que te voy a dejar el camino que abrí. Por eso aquello de que: “Aquí hay un camino, ese camino que iniciamos está allí y aquí estoy yo para seguir trabajando con ustedes por ese camino”. Y lo ratificó al asumir de nuevo la gobernación de Miranda, al aseverar que sigue al frente del ejecutivo mirandino y liderando la oposición. En otras palabras la MUD, ya tiene candidato para la contienda del 2019 y seguirá siendo el sempiterno. AD, Copei, Un Nuevo Tiempo, tendrán que ir pensando o en seguir de taparrabos de HCR o buscar sus propios candidatos para emprender el camino de su reconstrucción e insertarse en el camino democrático y participativo.
Razón tiene Henry Ramos Allup, al aseverar que “Es un tonto ejercicio decir en numerología, que crecimos y Chávez disminuyó ¿Porque perdimos en los Estados que tenemos gobernaciones? Es una reflexión razonable. Porque ciertamente de esos seis millones que dieron el voto a la Ultra Derecha, seguramente el 50 por ciento lo hizo consciente, pero el resto fueron pasajeros de un autobús que vieron de donde salió, pero jamás tuvieron información precisas de hacia donde iba y luego de su estrellada, los sobrevivientes, al ver de la que escaparon están pensando en otro camino, que no es que les señalaba HCR, sino el camino de la patria grande, la patria socialista incluyente, que acabó con la pobreza crítica que en la IV República obligaba a las familias más pobres a tener la perrarina guisada como parte de su mesa. Hacia ese camino pretendía conducirnos el sifrinito “Yo no fui” . Pero el noble y consciente pueblo le cerró el paso.
Badoo
Pero hay que mantenerse ojo avizor, ante los planes de la MUD (Mesa de la Ultra Derecha), que mantiene su plan B, y si no lo creen, lean e interpreten las declaraciones de uno de sus mas conspicuos voceros, que por razones de hipocresía de formación y de conducta, no se quita el hábito y se suma de frente al fascismo antidemocrático, que sueña con enterrar al proceso bolivariano.
Vean las declaraciones de un sujeto vestido de religioso, Perez Morales: se le fue el yoyo, como decimos en criollo y su rabia y su odio, contra el pueblo pobre que si milita en esa iglesia que él maltrata y expone al odio público, le hizo vomitar los sapos, ranas y culebras que lleva por dentro. Ante el país tuvo el tupé prácticamente de decir en cámaras de TV, que su candidato perdió por trampas de Chávez y sus hordas, porque si no lo expresó así textualmente, lo hizo, lo sintió cuando refiriéndose a la derrota de HCR expresó: “No se puede sentir derrotado quien participó en un torneo desigual, en desventaja”. Este voceros del fascismo habló también de una hegemonía comunicacional, en contra de su candidato. La única hegemonía comunicacional, que existe en este país, es la dictadura mediática de la derecha, que tiene en sus manos más de 70 por ciento del espectro comunicacional y que se desbocó contra la revolución bolivariana y a favor del candidato de la derecha.
Estuvo tan furibundo, que hasta regañó al candidato por haber reconocido la derrota y le increpó. Perdiste y reconociste la victoria “Ahora no vas a dejar a quienes depositaron su confianza en ti”.
Esa no puede ser la conducta de un representante de la Iglesia Católica, que es una institución de todo el pueblo creyente, que defiende sus derechos y conquistas logrados en revolución, que no quiere más coloniaje para su país y que cree, con sobrada razón, que solo en socialismo puede alcanzar su máxima felicidad, y por eso votó por el proceso bolivariano, apoyando la reelección del presidente Hugo Rafael Chávez Frías, que dicho sea de paso, sirvió para fortalecer el proceso independentista de América del Sur , del Caribe y de otros pueblos del mundo, que inspirados en el bolivarianismo venezolano luchan por su independencia y soberanía contra el imperialismo global que les acogota.
Por eso camaradas, tenemos y debemos que constituir y fortalecer los comités de defensa de la revolución en todos los espacios sociales donde interactuamos, porque el triunfo en las urnas electorales no basta para garantizar nuestro futuro; y a quienes ejercen las funciones de liderazgo en el gobierno, les decimos, mosca, mucho cuidado con los cantos de sirena, cuidado con esa “disposición” al diálogo por parte de los enemigos de la democracia. Cuidado con la trampa majunche, que es peor que tetero piche
Periodista*
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