Nunca tuve dudas de que la mejor opción que tomó el presidente Hugo Chávez para recuperar Zulia fue Francisco Arias Cárdenas, pero al mismo tiempo tengo que confesarles algo aquí entre nos: creía que Pablo Pérez aspirante a repetir era un candidato peligroso y de eso estuve persuadido hasta el domingo a las cuatro de la tarde, cuando algún exit poll todavía le daba la ventaja. Afortunadamente los rojos rojitos se prepararon como Márquez para fulminar a Pacquiao y terminaron haciéndose dueños del cuadrilátero en una victoria indiscutible.
Por supuesto imaginaba a Pérez como un hueso duro de roer, no porque tuviera una gestión tan digna de repetir como él parece creer, sino porque este tipo de políticos poseen unas estrategias de publicidad impresionante, y entre menos hacen más dan la sensación de que trabajan y envuelven a la gente de colores, bombillitos y “periquitos” de una manera tal que son muchos los electores que llegan autómatas a las mesas de votación a sufragar por ellos.
Pero lo más cumbre del caso es que en el discurso donde el mandatario saliente admitió la derrota; uno lo observaba, escuchabas sus palabras, y daba la impresión de que él aún no entendía por qué perdió, lo cual indica que siempre estuvo gobernando dentro de una burbuja gigante que, lamentablemente para él, explotó el 16 de noviembre.
Lo demostró cuando cayó en el error de comenzar a mencionar una lista de obras que obviamente no fueron suficientes en un estado pujante como Zulia. Síntoma de un gobernante equivocado. Aunque desde que pretendió ser Presidente de la República y abandonó la región, para ir detrás de Capriles Radonski demostró ser un gobernante equivocado. En todo caso, si Pablo Pérez más bien se dedica a enumerar lo que pudo hacer y no hizo, seguramente si podrá entender por qué perdió. Finalizando la transmisión televisiva de su intervención admitió: “Maracaibo no me respaldó como yo pensaba”.
Pérez pensó minimizar la ventaja que le llevaban los revolucionarios en los municipios periféricos perfectamente demostrada en las elecciones presidenciales, para luego aplastarlos con una contundente derrota en Maracaibo, como si aquí la gente estuviera maravillada con su desastrosa labor. ¡Increíble!, pero sacó la cuenta del triunfo como el pulpero del abasto de la esquina.
La gestión del ex mandatario en Zulia fue prácticamente nula y vergonzosa en materia de infraestructura. La Circunvalación Tres es un ejemplo vivo de esta situación. Y ni se hable de la inseguridad. Pero hablando de los proyectos a que se refiere, pretendió repetir con algunas obras que pueden contarse con los dedos de la mano, porque sucede que estos políticos en campaña se ponen igual que cualquier desempleado haciendo el currículo: mete cual hazaña hasta la primera novia que consiguió como si eso fuera problema de las empresas contratantes.
Las obras banderas con las que Pérez intento que la gente se desbordara en los centros electorales a su favor son las famosas becas JEL, unas escuelas que dice refaccionó, un instituto de educación técnica que mostró casi al final de la campaña, la avenida Los Haticos, las lucecitas de Bella Vista y la hermana Francisca, porque entre más busco, menos veo esa operación de bacheo a la que hace referencia y si la hizo, definitivamente se la tragó la “huecamentazón” de las calles y avenidas de la ciudad.
Encima de tal gravedad, como en una lotería se ganó o capitalizó la precaria y lastimosa gestión de la alcaldesa Eveling Trejo de Rosales, quien no ha sido capaz ni de recoger la basura de Maracaibo.
La señora Trejo ha tenido una gestión tan mala que no sólo la pulveriza a ella como gobernante, sino que como heredera política de Un Nuevo Tiempo ayuda inexorablemente a destrozar a la oposición en pleno de la capital del Zulia. Los números no mienten.
La mandataria en las elecciones de 2010 le ganó fácil al candidato Gian Carlo Di Martino con 85.438 votos de ventaja. Dos años después, ahora en la elección Presidencial del 7 de octubre, un monstruo político como Chávez redujo esa brecha en Maracaibo a 58.214 sufragios. Y el domingo 16 de noviembre, Arias Cárdenas la puso en 39.657. Como puede observarse, ella aferrada a su precaria gestión enfrentando a verdaderos líderes rojitos con una obra revolucionaria permanente, hizo bajar la puntuación adversaria como el queso fresco.
No voy a decir que sea la culpable de todo, porque como ya dije la gestión del gobernador saliente dejo mucho que desear, pero es evidente que terminó de embasurarlo; puso su granito de arena en ese revés, no se si con mala intención o no, porque de cualquier manera la alcaldesa no está preparada para ese cargo. Eso lo sabe el mundo entero en Maracaibo, Zulia y Venezuela. Ahhh y en Panamá, donde ya debe ser visitante ilustre o algo por el estilo.
Cosas de la política. Manuel Rosales fue el mentor de Pablo Pérez, y Eveling Trejo, precisamente su esposa, se encargó de ayudar a sacar –con premeditación o no, repito- su delfín del Palacio de Los Cóndores…¡Y de qué manera!
albemor60@hotmail.com