La ventaja de tener una oposición así es una desventaja

Aceptemos por ahora que el proyecto bolivariano se muestra con dos puntos fundamentales. Uno, es la defensa de los intereses nacionales, y otro, se hace evidente en una política para la inclusión social, cuyo sentido se expresa en un gobierno de corte popular. Agreguemos a esta especie de conclusión general, un hecho indiscutible que el PNUD y la CEPAL han proyectado a nivel mundial. La diferencia entre este proyecto y el de ellos de corte totalmente neoliberal, responde a la manera como el Estado se apropia y distribuye la renta petrolera

Frente a esta plataforma política, la propuesta bolivariana tiene ganada fácilmente una ventaja política y electoral sobre la oposición, porque como sabemos y se ha podido constar, no son estos puntos sobre los cuales se construye el accionar político de la oposición. Nuestro proyecto cuenta con una oposición que no cumple la función de un “contraviento” que haga resistencia a la carrera que estamos emprendiendo y que evidentemente tiene sus obstáculos. El presidente a falta de una oposición, ha tenido que cumplir este rol de oponerse radicalmente a su propio gobierno porque sus colaboradores no van al ritmo que el proyecto reclama.

La realidad tiene elementos para confirmar esta idea sobre lo complicado o desventajoso que es tener una ventaja en estas condiciones sobre la oposición.

Chávez estuvo casi dos meses en Cuba luchando contra una enfermedad y para la oposición no hubo una temática que justificara su accionar político, más allá de lamentar la recuperación de Chávez, “pelear” por una fe de vida de Chávez y uno que otro papelito que Borges trataba de mostrar en las sesiones de la Asamblea Nacional. Una desenfrenada ansiedad por ver y oír a Chávez se convirtió en la razón de ser y existir de la oposición durante estos dos meses. Su acción política más importante en este lapso fue la campaña mediática sobre la supuesta toma de la embajada cubana.

En ese lapso, el gobierno tomó la decisión sobre una devaluación, y la oposición en vez de salirnos con un planteamiento de peso que moviera nuestros puntos focales en el programa político, se propuso verse y criticarse en sus planteamientos neoliberales y manifestar su ansiedad porque Chávez no la ha saludado con su voz.

Como muestra de este espantoso espectáculo mediático de hacer oposición; el regreso de Chávez al país ha obligado a los opositores a cambiar un poquito su estrategia. Ahora desean (y piden) que Chávez salga por algún balcón del hospital militar para que salude a los nalguitas blancas. Si hay algo más infantil que esto en el ejercicio de la política, háganmelo saber para tener información y ofrecer las disculpas.

marcano.evaristo@gmail.com


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Evaristo Marcano Marín


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