Por dos cosas. Todo ocurrió el viernes cuando los laboratorios políticos del imperialismo lanzaron sus rumores de fin de semana. Ese día estuvieron más aliñados. El efecto fue casi inmediato: desde todos lados de Caracas y del país preguntaron por muertos, saqueos y, para variar, el velorio de Hugo Chávez.
En pleno centro de la capital hombres y mujeres con rostros tensos iban y venían sin hablarse, pero cada quien portando dos cosas en sus manos: la “verdad” de cuanto se decía y también elegantes y modernos celulares que ¡en ningún momento! fueron receptores de una imagen que demostrara que ciertamente el país se derrumbaba a pedazo limpio. Esos teléfonos “vacíos” que derrotaban la ola de sádicos rumores, produjeron mi primera gran efusividad del momento. La segunda, se asomó minutos después gracias a los gringos de la revista Time, publicación que en su número más reciente analiza, léase bien, la crisis de la unidad en filas de la oposición.
Son varias las expresiones que llaman la atención. El primer ramazo afirma que “la oposición venezolana no ha sabido sacarle provecho a los rumores sobre la gravedad de la enfermedad de Chávez”. La oración culmina así: “muy al contrario, parece estarse dividiendo”.
El análisis se monta en el autobús ¿aún del progreso? de Henrique Capriles, haciendo referencia a una reunión (la palabra concentración queda grande) efectuada en Chacao hace días donde consideraron “su tema de conversación más autodestructivo” según la revista: “la demanda de un nuevo líder”.
Los gringos recogen que Antonio Ledezma “también pidió un nuevo candidato para la oposición” y que “por su parte” Leopoldo López sugirió: “nuestro candidato de 2013 no necesariamente tiene que ser el mismo de 2012”.
La Revolución tuvo su espacio en Time. Leamos: “Alberto Ramos, analista de Goldman Sachs en Nueva York, no cree que el chavismo muera con Chávez: ‘El Chavismo probablemente durará por generaciones. La conexión emocional de Chávez con la gente es única”. ¿Entienden por qué estuve alegre en medio de los rumores?
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