¿A dónde nos llevará este comunismo que amenaza con perpetuarse?

Sin esperanzas es casi imposible vivir. Cómo sobrevivir después del 14 A, con una nueva derrota electoral acuestas después que el “demonio” ya no está y que ha sido el heredero de su legado quien aplaste nuevamente los sueños de los venezolanos que aspiramos a una Venezuela decente.

Dice la conseja que los pueblos dizquen tienen los gobiernos que se merecen, quizás este país después de haber vivido la felicidad suprema, que nunca muchos pudimos reconocer, en los gobiernos de Pérez II, de Lusinchi, de Luis Herrera y de sus antecesores, le está tocando en estos tiempos presentes vivir tiempos de ocaso.

Que alguien diga que es mentira que los venezolanos todos, incluidos los más feos y feas, no nos insuflábamos de orgullo por la envidia que causaron en el mundo nuestras misses en esa época; que la época del tá barato dame dos, o sea, tener que volver a “mayami”, el fin de semana que viene a cambiar la ropita que le traje a la nieta de la señora de servicio porque era muy pequeña, para terminar comprando otro container de baratijas, no fue uno de los mayores tiempos de esplendor y gloria para nuestra clase que a punta de tantos esfuerzos y sacrificios sostenidos lograba lo que quería; que antes eran becados en el exterior (Fundayacucho), sólo quienes además de tener méritos académicos, tenían especialmente “clase”, lo que garantizaba que quien se “Doctorara” afuera reproduciría a lo interno, si se le ocurriera asentarse nuevamente en el país, lo cánones seculares del ascenso social; que antes las fuerzas armadas y los cuerpos de seguridad del estado, en minúsculas, en general cumplían cabalmente la función de garantizar el orden y continuidad de sistema de democracia perfecta que hasta permitía que un afrodescendiente como Claudio Fermín, un hombre con clase, aspirara legítimamente a gobernarnos, aunque en el fondo de nuestros corazones siempre prefiriéramos a los blancos; que nadie trate de convencernos de que ese cuento de la igualdad del pueblo, que le sirvió a Bolívar para lograr la independencia, y a otros para estar 14 años gobernando, con el riesgo de que se extiendan, tiene vigencia en el mundo de hoy.

Menos mal que después del 14A, nos seguirán quedando nuestros amigos del norte, los que nunca dejarán de alentarnos y especialmente apoyarnos financieramente en estos tiempos de crisis; ya vendrán nuevos escenarios en los cuales podamos convencer a esa mayoría que hoy vota por un proyecto de sociedad equivocado que los que hemos tenido la razón siempre, en estos 14 años, somos la clase bien pensante del país.

Apenas tengamos la menor oportunidad debemos reconstruir el país y tendremos que abolir conceptos que han estado haciendo un daño terrible a todos como: patria, soberanía, independencia, igualdad, poder popular, socialismo, etc.

Tengamos presentes que con la desaparición física de Bolívar (1830), muchas cosas volvieron a su lugar y las ilusiones que movieron la guerra independentista se difuminaron en pocos años y en cuestión de unas décadas la sociedad venezolana se normalizó. Nuestro glorioso pasado, el de la cuarta república, nos pertenece, el presente es de lucha, viva la cuarta república.

Carlos Luna
carloslunarvelo@hotmail.com


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Carlos Luna Arvelo


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