Aunque se trate de alcohol, un producto para nada necesario en la vida, se trata de un producto que se ha convertido en consumo adictivo por años y años en nuestro pueblo, ellos lo saben, la Polar lo sabe porque ella, como empresa licorera, además, sabe muy bien cómo distribuir su cerveza para el expendio ilegal en nuestros barrios, sus camiones llegan de noche y en cada barrio nuestro hay distribuidores ilegales que la expenden toda la noche, fuera de la ley.
Dejar al pueblo sin cerveza Polar, habiendo configurado la adicción alcohólica durante decenios de dominación por medio de la publicidad, es a todas luces, un arma de desestabilización, que su desesperación actual, no pierden tiempo en utilizarla.
Todos y todas sabemos y conocemos de ese drama, LO VEMOS, EN LOS BARRIOS, EN LAS CALLES, EN LAS LICORERÍAS, ESTE PUEBLO COBRA SU QUINCENA Y SALE DEL TRABAJO A LA ESQUINA, AL BAR, A DONDE SEA, PARA TOMAR Y TOMAR Y TOMAR.
De allí nace la delincuencia, se abre la puerta a otras drogas ilegales, a la violencia doméstica, a la irresponsabilidad paternal.
¿Malo que no despachen Polar?
Quienes sabemos de adicciones sabemos que si es una manera importante de generar ansiedad y desesperación en muchos que son esclavos a su consumo.
POLAR está financiando el golpe suave de Capriles, hoy arriesga sus ganancias para aportar descontento dentro del pueblo al desaparecer la Polar en todas sus versiones y colores.
Pues creo que habrá que pensar muy bien la posibilidad de intervenir y expropiar a la Cerveza Polar. Creo conveniente que esta empresa sea socialista y que desde su nueva conducción, no se pretenda lucrar sino educar. Eso nos servirá para eliminar el tráfico ilegal de cerveza que esta empresa promociona a diario, nos permitirá distribuirla y educar con prevención en su consumo a quienes la compran.
La revolución debe hacer la revolución, no se negocia con capitalistas cuyo único valor moral es el dólar.
Póngase las pilas mi comandante obrero.
¡Por una cerveza socialista!
¡Chávez vive, la lucha sigue!
@hombrenuevo