Cinthya Machado Zuloaga camina hacia la mesa donde me encuentro, y en su lento caminar se nota la clase, la elegancia, la belleza, la...” Qué mujeron, amigo”, me dice el mesonero cuando la ve impactante llegar a la mesa. Me da un beso, toma asiento y muerta de la risa dice: “Otra vez dimos un triste espectáculo, ahora en la Asamblea Nacional, no terminamos de aprender que este país, como decía tu presidente, cambió para siempre, ya no es el mismo aquel fácil de engañar, a pesar de que controlamos los medios escritos, radiales y televisivos, esos chavistas han aprendido mucho y nos descubren fácilmente”.
El mesonero vuelve con la botellita de agua Evian y el café negro. Ve a Cinthya de frente y no se aguanta: “Gracias Dios mío, por permitirme ver a la mujer más bella del mundo tan cerquita”. Y se va lentamente.
Y dice Cinthya: “Allí está el diputado Marquina, quien se hace el loco cada vez que le recuerdan que le quitó la diputación al compañero Yon Goicochea, bueno, llega allí ligero de cascos, es decir, ¿quién va a una Asamblea con un casco de motorizado y un cornetín en la mano, como quien va a la fiesta del niño John Jhon? Y después pretendemos que la gente nos crea, mi papá cuando vio a Julio Borges con Ismael García en Globovisión dijo: “Mira lo bajo que hemos llegado, que ahora para defendernos tenemos que salir al lado de ese Ismael García”, así dijo mi padre. Y nada era creíble, porque después todo el país lo vio armando la trampa con el maletín y todo lo demás. En la familia estamos de luto activo por esta oposición que tenemos. Estamos impugnando las elecciones desde el 15 de abril y ya estamos a 3 de mayo y no me preguntes qué ha pasado, Enriquito habla de setecientos testigos, antes eran doscientos, que fueron sacados a punta de pistolas de sus centros electorales y nadie vio nada, nade supo nada. Y todos firmaron las actas y seguimos siendo malcriados. Ligeros de cascos andamos, amigo”.