Una vez que terminaron las elecciones, y que el CNE declaró Presidente de la República Bolivariana de Venezuela a Nicolás Maduro, el candidato derrotado, Capriles Radonski, dijo que no reconocía el resultado y se monto en una nueva campaña electoral.
Para el desconocimiento del resultado del CNE, el candidato derrotado hasta el momento no ha presentado ninguna prueba digna de ser tomada en cuenta. Ha ido hablando de una testigo Betsi que no aparece, de una auditoria a la que ahora no asiste y que el CNE está llevando a cabo todos estos días con testigos de todas partes. Sin embargo, el candidato derrotado, derrochando su capital, es decir, su caudal de votos, decidió ponerse en campaña electoral, y nuevamente recorre el país. Ya estuvo en el estado Zulia, donde, con mucha lástima, el ex candidato a la gobernación, Pablo Pérez, lo veía mientras decía algunas cosas. Después, el candidato derrotado decidió ir al estado Táchira, y allá, también, los compañeros del partido blanco y del partido verde,- sus aliados- optaron por apartarse un poco porque pareciera que ya no están dispuestos a seguir jugando a la violencia propuesta por el candidato derrotado. Pasó lo mismo en Mérida, donde ya los pobladores lo ven con cierto desconcierto.
Mientras tanto, el candidato derrotado, gobernador –reconocido por el CNE y por él mismo, del estado Miranda-, abandonó su estado, y está haciendo su campaña en busca de los votos que estarán por venir.
Los aliados más radicales del candidato derrotado, son María Corina Machado, quien estuvo en Colombia criticando al gobierno colombiano por darle reconocimiento a Nicolás Maduro –hay que tener fuerza y voluntad para hacer esto-, y Leopoldo López, quien ha estado en Perú y Uruguay, donde cada vez que llega le preguntan por el cheque que le dio Pdvsa para fundar Primero justicia y por el golpe del 11 de abril de 2002.
En fin, que el candidato derrotado es ahora un candidato precoz para las lecciones de 2019, donde seguramente volverá a desconocer los resultados, porque cuando uno está acostumbrarlo a tenerlo todo, y a que se lo den todo, incluso sin pedirlo, debe también pedir la presidencia de la República, como quien pide un juguete.
Pronto lo veremos en el Estado Nueva Esparta buscando a la testigo Betsi.
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