En el mundo de la oposición, tiene uno oportunidad de seleccionar en una amplia y representativa muestra, la posibilidad de escoger un gorila o un gorilita. Puedes optar por un intelectual tipo peluche, como Tulio Hernández. Tulio Hernández desde hace mucho tiempo superó a Manuel Caballero, porque ya Manuel Caballero lamentablemente no está entre nosotros. Si no te agrada un gorilita de esta monta, puedes tomarte a Urosa Savino.
Si no concuerdas mucho con este par de gorilitas tipo peluche, tienes la posibilidad de tomar a uno más curtido, que por supuesto no tiene el aspecto angelical de ser un gorilita tipo peluche. Puedes entonces optar por un Rafael Poleo, pero en cualquier caso, no tendrás lejos de ti, un ser distinto al Ríos Montt de Guatemala.
Hoy (2013) uno entiende que el movimiento democrático que emergió en Venezuela en 1958 fue un accidente y por esa razón duró muy poco. Esta esperanza fue sustituida inmediatamente por una “democracia” que suele verse diferente a las dictaduras que se destacaron en América latina a partir de la década de los setenta.
No es que solemos verla, la hicieron ver diferentes, pero transcurrido ya un largo trecho desde estos experimentos dictatoriales de esa época, es necesario tener muy en cuenta las identidades que se observan ahora entre esos dictadores que exterminaron comunidades completas por su condición social y étnica y los “demócratas” nuestros, que aun con un cambio sustantivo en la política, resulta que estos dictadores, encarnaron o reencarnaron en los voceros y voceras de la MUD.
Ríos Montt fue un genocida y responsable directo del exterminio de 1.771 personas de la etnia Ixil entre 1982 y 1983. Ríos Montt no fue nada distinto a Videla en Argentina o Pinochet en Chile. No fue Ríos Montt tampoco distinto a los Somoza en Nicaragua. Todo un perfil, que en su momento no pudo resplandecer claramente en Venezuela, pero no dice esto que no existió, pero que hoy los observamos aunque parezca muy distante de esos otros momentos.
No vi a Urosa Savino lamentarse por la muerte de 11 venezolanos y más de 70 heridos producto de la violencia producida por Capriles. Seguro, que una próxima reunión de la Conferencia Episcopal Venezolana, los obispos se pronunciarán por algún caso lamentable de violencia en una cárcel venezolana, pero jamás, esa Conferencia Episcopal (escribí bien, “esa conferencia episcopal”) emitirá un pronunciamiento repudiando el asesinato de estos once venezolanos.
No harán un pronunciamiento de ese tipo, porque eran pobres y para mayor mala suerte, estos venezolanos se identificaban como chavistas y para Urosa Savino Por ejemplo, ser chavista es un poco menos que persona y por eso, este tipo (Urosa Savino) asume estas muertes como una limpieza necesaria al estilo Ríos Montt en Guatemala. No vi a Urosa ni lo veré en esto, pero lo oí recientemente, lamentarse porque detuvieron a un General de apellido Rivero que fue puesto a la orden de un tribunal por haber (según las evidencias) promovido desestabilización.
No habrá una conferencia Episcopal que se pronuncie por el aniquilamiento del dirigente indígena Sabino, ni por lo más de 200 dirigentes campesinos que tuvieron la misma suerte de Sabino. Un campesino para Urosa y la Conferencia Episcopal no es gente; un terrateniente sí.
Por eso, Ríos Montt no está tan distante en el tiempo entre nosotros. Vive aquí. Ayer nada más, Rafael Poleo dio un homenaje póstumo a Videla. Un “héroe” fascistas, que entre otras cosas santas, mató a cientos de mujeres embarazadas, pero antes de matarlas, le sacaron de sus vientres las crías y luego, estas criaturas fueron prácticamente vendidas.
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